7. El hombre más fuerte de la humanidad.

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Año 849

Miré a mi alrededor desconcertado, la vista de uno de mis ojos era teñida de color carmesí, la sangre que caía por un corte en mi frente me impedía ver bien, a mi alrededor solo se veía muerte y titanes, ¿cómo habíamos llegado a esto?

Fue en ese momento que la vi y mi mundo se desplomó, estaba acercándose a mí y a lo lejos un titán la atacaría si yo no la alcanzaba.

~Seis horas antes~

Pronto partíamos a una nueva expedición, lo que era poder evitar los ataques de los titanes y tratar de acercarnos a la muralla María, la cual había sido atacada cinco años atrás. El infierno era la vida cotidiana para los sobrevivientes de aquel día, mientras que nosotros éramos el repudio de los demás ciudadanos. Esas escorias de los muros, no sabían que también gastabamos nuestras vidas en poder ayudar a la liberación de la humanidad mientras que esos bastardos se limpiaban el trasero en sus baños de mármol y con diez sirvientas alrededor para que los limpien porque ni para eso son buenos.

A pesar de todo, lo único bueno que tenía era Diermissen, desde hace un año habíamos formado un vínculo amoroso, lo cual me hizo demasiado feliz, toda la porquería que había vivido tiempo atrás era compensada con ella, la cual incluso me había hecho mejorar mi actitud con los demás.

No sabía cómo lo tomaría ella pero, cuando yo salía a los distritos de la muralla Rosa y a veces de Sina, buscaba el anillo perfecto para ella, pensaba pedirle matrimonio pronto.

Y no es que pensara que casarme era la mejor opción en estos momentos pero, era lo mejor que podía hacer para ambos, tenía aquel ridículo lado cursi, sí, aún creía que el matrimonio me salvaría de este infierno.

Dentro de unas horas tendríamos una nueva expedición, había pedido por adelantado mi pago y con lo que había ahorrado antes tenía el dinero para comprarle un anillo medio digno de ella, una piedra no podría compensar todo lo que ella había hecho por mí durante varios años y lo maravillosa que era ella, y cuando se sinceró, me enamoró más el hecho de que se unió a la Legión para venir a ayudarme y buscarme después de años de pensar que estaba muerta. Estaba en su derecho de tener una vida en las murallas con el que era su prometido, pero ella pensó en mí y eso nunca lo quitaré de mi cabeza.

—Buenos días, señor. ¿Por fin llevará el anillo que dejó apartado? —saludo la señora mientras sacaba de un cajón aquel dije que había visto.

—Buenos días, sí —asentí algo nervioso, muchas personas me veían y a pesar de que no era sus miradas lo que me intimidaban, simplemente no podía evitar sentirme así.

—Son estos —los colocó en la mesa de las alhajas mientras ambos examinamos que eran esas—. Su novia tiene mucha suerte —me guiñó un ojo mientras recibía el dinero que le entregaba, con delicadeza tomé los anillos sobre la caja y me di vuelta para retirarme—. Espere, me gustaría regalarle algo.

Me sorprendí, esperé a que la señora sacara algo de un mueble que tenía apartado de las joyas que estaba vendiendo, se acercó a mí con las manos detrás de ella y cuando estaba cerca colocó una especie de collar y un broche para el cabello.

—Yo... no puedo pagar esto, discúlpeme. Pero son muy hermosos.

—Vamos, hijo. Nadie dijo que iba a venderlos. Es un regalo —mi mirada no dejaba de apartarse de ella completamente sorprendido—. Eran de mi hija, falleció en una expedición, era de la Legión de Reconocimiento —se limpió una lágrima mientras seguía hablando—. Por tus ropas sé que eres de ahí, y por tu actitud sé que eres el famoso capitán Levi, el hombre más fuerte de la humanidad. Me gustaría que tuvieras esto como regalo y por favor visita a esta pobre vieja que no tiene compañía. Me haría muy feliz.

Tu Nombre (Levi×Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora