¿𝑱𝒆𝒇𝒆 𝑶 𝑬𝒔𝒑𝒐𝒔𝒐?

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Dedicado a: meli_montiel1

Narra Jade

La fiesta termino con nosotros despidiéndonos de los invitados, nos montamos en la limusina que nos llevaría directo al aeropuerto.

- ¿Sabías que ese escote no deja de hacerme babear? - pregunta con una sonrisa pícara en sus labios.

- Tu mirada me dice todo - respondo acariciando su mejilla con mi pulgar - gracias por darme la boda de mis sueños - sonrió viéndolo fijamente a los ojos - por hacerme ver como una princesa y llevar tan hermoso recuerdo en mí - dejo un dulce beso en la punta de su nariz.

- Ahora debo exigir mis necesidades - recuesta su cabeza en mi pecho, acarició con amor su rostro.

- Primero debo escuchar tus propuestas - le hago saber siguiendo su juego.

- Solo dame amor, es lo único que pido - murmura con un tono de voz suave.

- Siempre lo hare - aseguro dejando un beso en su cabeza.

La limusina se estaciona unos metros del jet, nos bajamos del transporte caminando a prisas a la aeronave, y una vez más, me cargó sobre sus hombros como un saco de papas, girando y haciendo locuras mientras ambos reímos.

- ¡Amor, somos una nave espacial!- grita mientras gira en círculos.

- ¡Somos ovnis! - le respondo entre risas.

- ¡OVNIS CASADOS! - grita alzando su brazo libre mientras camina hasta las escaleras del jet.

- Concuerdo con usted, señor ovni - bromeó viendo su trasero - esas nalgas son muy lindas, son mías - afirmo con una sonrisa.

- Son tuyas mi amor - responde dejándome sobre un asiento - tu culo es mío y el mio tuyo - me sonríe dejando un beso corto en mis labios.

°°°

Llegamos a la pista, el chófer nos llevo directo hasta el hotel. Una noche fresca y tan ardiente nos recibió Cancún, Quintana Roo.

Los botones dejan las maletas y antes de irse reciben su propina por parte de Ray.

- No sabes lo ansioso por llegar a este punto de la noche - Susurro sobre mi oreja con voz ronca, mi piel se eriza ante su aliento caliente.

- Somos dos cariño - respondo con una sonrisa coqueta, sintiendo como sus labios recorrían desde mi oreja hasta mi cuello, sus manos inician un viaje por todo mi cuerpo haciendo que está misma me haga arder en lujuria.

- Eres mía, loca - murmura cerca de mi oreja - solo mía - afirma con un tono de voz seguro de esa oración.

- Desde hace mucho - digo cerrando los ojos al sentir bajar los finos tirantes de mi vestido blanco de seda, la última prenda que usaba al final de la fiesta.

Sus manos deslizan la suave prenda hasta hacerla caer al piso, doy un paso adelante girando sobre los tacones altos.

- Mala mía - sonríe con su mirada recorriendo mi cuerpo - no sabes lo mucho que amo todo de ti - muerde su labio, recoge el vestido dejándolo sobre un mueble.

- Vamos cariño, andamos junto en nuestro infierno - tiro de su mano para quedar frente a frente, tiro del saco hasta hacerlo caer al suelo.

Nuestros labios se buscan con la necesidad de sentirse, sus manos se posan en mi cadera de manera posesiva , mis brazos rodean su cuello acercando más su rostro al mío, muerdo su labio inferior dejando que continúe sus besos hasta mi mandíbula.