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Narra Jade

Bailo con Raymond escuchando como sigue la letra, me río al escuchar las veces que no ha dejado de repetir que está es una de nuestras canciones, entiendo que todos estamos ebrios y decidimos cualquier idiotez.

Mis pies duelen, mi garganta arde por el tequila y contando todo lo que hemos comido perdí la cuenta de todo, salimos un poco del jardín yendo hasta el viejo árbol de está tarde, tomamos asiento en el capo de la camioneta viendo el precioso cielo estrellado y la luna llena.

— ¿Te ha gustado está navidad? — pregunta Ray sin verme.

— Aún debo hacer algo para que esto sea único — confieso mordiendo mi labio inferior — solo he venido en busca de un poco de aire y valor.

— Siempre destacas por tener valor en afrontar las cosas, cualquier cosa que estés tramando lo harás muy bien — alienta viéndome con una sonrisa.

— También eres valiente — respondo viéndolo — no todos son capaces de soportar las bromas pesadas de mi abuelo y tíos, tampoco alguien que lr importe tanto dar una buena imagen sin importar que no seas perfecto.

— Prefiero demostrar lo que soy a fingir ser perfecto, una mentira tarde o temprano sale a la luz — busca mi mano dejando un beso en el dorso.

— ¿Crees que la nuestra llegué a saberse? — cuestionó temerosa.

— Hace mucho dejo de ser una mentira — me guiña el ojo — y lo sabes — besa mi frente — ¿Lista para hacer tu travesura? — asiento.

—Si esto sale bien o mejor de lo que tengo imaginando, celebraremos con mucho sexo — le guiño el ojo coqueta bajando del capo.

— Victoriosa o no, tendremos mucho sexo — asegura caminando de regreso a la fiesta.

Nos adentramos de nuevo al mismo ambiente, mis tíos cantan una canción de José José acompañando unas botellas de tequila, Raymond se sienta en un sofá junto a una tía, me acomodo en el regazo de Ray con una cerveza en la mano, Maya se encuentra justo frente a nosotros con su novio bebiendo horchata.

— ¿Ya no bebes? — pregunto a Maya arqueando una ceja — es extraño no verte bebiendo sabiendo que tú eres amante de las fiestas.

— Hoy no me apetece beber — responde sin verme, evita mi mirada — he tratado de no beber muy seguido para cuidar de mi salud.

— Es irónico escucharlo de alguien que comenzó a beber desde los quince años — bebo un trago de mi cerveza viendo los rostros de mis tías con asombro — ¿No lo sabían? — pregunto fingiendo sorpresa — lamento decir eso — finjo disculparme.

— ¿Cómo es eso que bebes desde los quince? — pregunta mi tía Viridiana, la madre de Maya.

— Eso es mentira mamá — se defiende viéndome con molestia.

— Agregando que perdiste la virginidad a los quince, ya has probado drogas cuando estabas en prepa y tus dos sustos de embarazo — respondo restando le importancia viendo a Ray quien me mira curioso.

— No sabía eso — susurra viéndome.

— Creí que toda mi familia sabía que la niña perfecta que todos aman, no es en realidad una santa paloma — me encojo de hombros bebiendo tranquilamente mi cerveza brindando con Ray.

— ¿Eso es cierto Maya? — pregunta mi madre a su niñita, todas miran expectantes de la respuesta de ellas.

— En un par de semanas no podrás ocultar algo evidente — miró su vientre — deberás ser muy inteligente para decir una gran mentira para mantener la verdad tan oculta — dejo la botella vacía sobre la mesa.

¿𝑱𝒆𝒇𝒆 𝑶 𝑬𝒔𝒑𝒐𝒔𝒐? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora