BLUEBERRY [SEOKJIN]

10

Seokjin

Miré con atención a Seo-hyeon, solo me observaba con una mirada nuestra la cuál reflejaba demasiadas cosas. Pequeña niña.

Ella nunca usó ninguna droga,ella podía llorar.

Seo-hyeon

— ¿Dormirás conmigo? — abrió un poco sus ojos para así verme.

— No puedo.. mi madre me mataría.

— Pequeña por favor, quédate conmigo esta noche.

Mordí un poco mi labio y luego asentí.

Vi como se acomodó dejando un lugar en la cama. Palmeó levemente el lugar, suspiré y me acomodé a su lado. Pasó su brazo por mi cintura apegando su cuerpo al mío. Su respiración chocaba contra mi cabello haciendo que esté cayera sobre mi rostro.

[...]

Me levanté algo temprano. Busque mi celular el cual en su pantalla se reflejaban unas llamadas de mi madre. Miré a Jin el cual seguía durmiendo como un niño pequeño.

Salí con cuidado para así no despertarlo. Me dirigí a ma cocina para preparar algo que pudiéramos comer. No habían muchas cosas, así que opté por lo seguro. Cereal y leche. Clásico.

Mi celular empezó a sonar. Me acerqué a el, presioné la pantalla y inmediatamente se reflejó "Mamá" suspiré y contesté.

— Ahora si contestas ¿no? — escuché a mi madre al otro lado de la linea. — ¿Donde carajos estas Seo-hyeon?

— Mamá, estaba ayudando a una amiga con una tarea y se me pasó demasiado rápido el tiempo así que me quedé a dormir. — mentí.

— ¿Amiga? — río. Me conoce demasiado bien como para creerse esa estupidez. — Tienes diez segundos para decirme la verdad o te reporto como secuestrada.

—Mamá..— suspiré. — Seokjin. Estoy con el.

— ¿El joven Kim?

— Si, con el. — rodeé los ojos.

— Contexto.

— Seokjin estaba ebrio... y me preocupé por el así que fui a ver que todo estuviera bien con el. — suspiré.

— ¿Acaso... te gusta ese chico?

— No, claro que no. Solo me preocupa como todo ser humano.

— ¿Durmieron juntos?

— Mamá ¡No!

— Ay Dios, ya creciste. — río. — Debo irme, tengo una cita. Chao. — Colgó.

¿Acaso dijo una cita?

— Seo-hyeon — escuché a Seokjin llamarme.Deje mi celular a un lado para así ver que era lo que le pasaba. — ¿Donde estás?

— Aquí estoy. — camine hasta que logrará verme.

— ¿Por que no estabas aquí? — palmeó su lado.