13

166 22 12
                                    


Seokjin

-- ¿Dijiste eso? -- mire a Jungkook y él asintió. -- Eres demasiado malo con las chicas.

-- ¡Oye! Yo les pedí ayuda, pero como ambos andan super ocupados no me ayudaron y ahora la chica me quiere hasta demandar. -- toco el puente de su nariz preocupado.

-- ¿Cómo te va a ti con la chica nueva? -- ambos me miraron y yo sonreí inconscientemente.

-- Bien, de hecho demasiado bien... todo va progresando.

-- Hablando de ella... Ahí viene, no se ve muy progresando. -- mire hacia la dirección donde Tae estaba viendo.

-- Seokjin, ayer dejaste esto en mi casa. -- me tiró una caja negra. Su mirada era seria, con enojo reflejado.-- Lastima que me comí todas las galletas que estaban dentro. -- sonrió sarcásticamente y se fue.

— Estamos progresando.— se burlaron ambos y yo solo fruncí mi ceño mirando a donde Seo-Hyeon había ido.

Tome mis cosas y empecé a caminar casi corriendo a esa dirección, ¿Que le pasa?
Seguí caminando hasta que la vi en su casillero guardando unos libros.

De esta no te salvas.

— ¡Oye! — grité llamando su atención. — Puedo saber ¿Que fue todo eso? — se cruzó de brazos y me miró seria.

— No paso nada. — se encogió de hombros. — Solo te di lo que se te quedó ¿o que? ¿Lo tenía que conservar?

—¿Por que estás así? — me acerqué a ella pero se alejó.

— ¿Así cómo? Yo estoy bien.

— No mientas, ¿te molestó?  — levanté mi ceja con una sonrisa ladeada.

— ¿Que, a mi? Pfff. No, claro que no. — habló nerviosa.

— ¿Oh enserio? Bien, aún así le diré a esa chica que salgamos, es demasiado bonita ¿sabes? — miré al frente recostándome a los casilleros, de reojo podía ver cómo colocaba sus ojos en blanco haciéndome sonreír.

— Hazlo, ¿Qué te lo impide? — dijo para luego empezar a caminar lejos de mi. Antes de que estuviera lo suficientemente lejos, tome su brazo haciendo que chocara sobre mi pecho.

— ¿Por que eres así de celosa? — sonreí abrazándola.

— ¿Celosa? Por favor Seokjin, deja de hacerte ilusiones.

— Eres hermosa cuándo te molestas, ¿Lo sabías? — la giré haciendo que me mirara. — No se quién era la chica, ni se cómo llegó esa caja a mi. — su ceño fue cambiado a la normalidad.

— Aún así puedes ir con ella donde quieras. — dijo mirando hacía otro lugar.

— ¿Y si mejor vamos tú y yo donde yo quiera? — me acerqué lo suficiente hasta sentir su respiración chocar con la mía. — Se que te gustaría demasiado, te podría dar hasta satisfacción ¿sabes?

— Deja de ser así, chico hormonal.— levanté levemente mi ceja.

— ¿Chico hormonal? — reí sin gracia. — Muy buen apodo, eh. — hablé sarcásticamente.

— Sólo es un apodó, ni para que vengas a enojarte.

Nuestras miradas se conectaron. Nos invadió un silencio que la verdad no era para nada incómodo. El poco espacio que quedaba entré nosotros lo corte haciéndome sentir sus deliciosos labios a frambuesa. Siempre tienen ese sabor característico.

— Chicos en los pasillos no, por favor. — pasó hablando el profesor de matemáticas haciendo que

Seo-Hyeon se separó de mi con sus mejillas con cierto todo rosado. Sonreí levemente para luego darle dos o tres besos cortos.

— Debo ir a clases. — susurró mirándome.

— Ve, mi chica estudiosa. — sonreí.

— Habláremos luego de ese mi chica ¿de acuerdo?

— Sólo digo la verdad ¿no? — hablé con cierto tono juguetón.

— Como sea, debo irme. — antes de que se pudiera irme corte nuevamente el espació que había entre nosotros y le di una pequeña mordedura en su labio inferior. — ¿No dejarás que la herida sané? — frunció su ceño.

— No lo se, si sigues echándote ese labial sabor a frambuesa no me hago responsable de absolutamente nada. — susurré a su odio y luego bajé a su cuello dándole uno que otro beso.

— Ya debo... irme. — cerró levemente sus ojos al sentir mis labios sobre su piel. Finalice con un beso en sus labios y la vi irse con sus mejillas rosadas.

pequeña.

Sonreí satisfecho. Se que si fuera con otra chica me hubiera sentido inconforme, o sintiera ligero coraje pero con ella cada muestra, cada pequeño detalle o cada pequeño segundo me hace sentir una gran satisfacción.

— ¡Oye, Seokjin! — una voz familiar me llamo haciéndome mirarla con cierto fastidio. — ¿Acaso tú y ella son algo? — río incrédula.

— No es tú problema, Lee. — me crucé de brazos mientras que la miraba.

— ¡Oh vamos Jinnie! Sabes que soy yo la única chica que puede estar en tú vida ¿verdad? — pasó sus brazos al rededor de mi cuello con un ligero puchero. — Al Señor Kim no le gustaría enterarse que su hijo está con una chica como ella.

— Ella es igual que todos. — la alejé de mi. — Y tú sabes que me vale mierda lo que mi padre diga o no.

— Wow, andas realmente enamorado. — sonrió moviendo el lápiz en sus manos. — Esperó que un día me la presentes, debo aprobarla.

— Eso nunca pasará, no necesito tú aprobación. — sonreí de lado y empecé a caminar anejándome de ella.

Seo-Hyeon

— ¡Chica nueva! — me giré chocando con el cuerpo de Kim Taehyung. — Tortolita. — sonrió.

— ¿Que quieres Taehyung? — lo mire sentándome en mi lugar.

— No sabía que nos tocaba juntos en esta clase, sólo quería saludar y sentarme ahí. — señaló el lugar a un lado de mi. — Creó que la primera vez que hablamos o tuvimos una conversación ambos fue el día de...

— ¿La fiesta? — el asintió.

— Fue algo rápida ya que tú querías buscar a tú chico, eh. — movió sus cejas con una sonrisa. — Cuéntame, ¿Cómo van las cosas? Vi que en la mañana estabas enojada, ¿Que te hizo Seokjin?

— ¿Tú estabas ahí? — hablé avergonzada y el asintió. — Oh, no te vi.

— Estábamos Jungkook y yo de hecho.

—Que vergüenza. — tape mi cara con ambas manos.

— No hay problema, en una relación siempre hay problemas y los amigos siempre deben saberlo.

— No es una relación.

— Entonces ¿Que es? — su pregunta hizo que mis palabras se esfumaran. No tenía que responder ante eso.

¿Que somos? ¿Amistad? ¿Una relación? ¿Algo más que amistad y menos que una relación? ¿Nada? No lo se, con Seokjin simplemente no se nada. El siempre me confunde, es como si jugara con mi mente y tuviera poder sobre ella.

¿Que somos, Seokjin?

BLUEBERRY [SEOKJIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora