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Seokjin

Mordí su labio inferior sacando un pequeño jadeó por parte de estos. Sus brazos estaban en mi cuello, sus piernas poco a poco subieron a mi cintura.

- Seokjin ... - susurró cerrando sus ojos al sentir húmedos besos en su cuello. - Mamá ... abajó. - se le dificultan las palabras.

Mi pequeña niña.

Le regalé un mirada con una sonrisa de lado. La acoste sobre la cama con delicadeza. Toque cada parte se su fina camisa para luego quitarla dejándome ver sus senos siendo sostenidos por un sujetador.

¿Ya dije que odió ese pedazo de tela? Solo estorba mi vista.

Su mirada se conectó con la mía. Sus bellos ojos océano llenos de algo de lujuria, deseó, desesperación. Su mirada vaciló por todo mi rostro y luego volvió a mis ojos. Azules, un claro ejemplo del océano. Muchos azules en tan solo unos ojos, ¿cómo eso puede ser posible?

- Pequeña niña ...— susurré mirándola fijamente a sus ojos. - ¿Por que me siento así cuándo estoy contigo?

No me gustan los rodeos. Honestamente los odio. Ser directo es una de mis grandes cualidades y uno de mis grandes defectos.

Su mirada era neutra. Detallaba cada lugar de mi rostro moviendo sigilosamente su dedo sobre esta.

- ¿Sentirte cómo?

Abrí un poco mis labios con la intención de hablar. No logré hacerlo ya que unos toques en la puerta interrumpieron.

- Chicos ya pueden venir a comer. - habló detrás de la puerta.

Luego de esas palabras caí en cuenta de lo que estaba a punto de hacer, ¿pensaba decirle algo? ¿Que carajos has hecho en mi?

Me levanté siendo seguido por ella. Ella colocó su camisa rápidamente ocultando nuevamente esa hermosa vista. Mierda.
Sus mejillas estaban rojizas, sus labios algo hinchados y un poco rojos, su cabello algo desordenado. Baje un poco mi mirada a su cuello, ¿debería decirle?

Sonreí de lado al ver esos chupones en su cuello. Me pertenece. Esa chica es mía, solo que tengo que hacerla mía. Lo haré.

Sigilosamente me acerque nuevamente a ella haciéndola sobre saltar. Sonreí levemente, con mis dedos quite uno de esos cabellos rebeldes que tapaban su rostro. Me acerqué lo suficientemente hasta chocar nuestros labios.

- Antes de salir ... ve al espejo. - susurré sobré estos con una sonrisa y luego me acerqué a la puerta.

Su chillido me hizo sonreir de satifaccion. Se que de verdad estaba enojada, pero ¿A quien le importa? Tiene mi marca, y juro que me siento satisfecho con solo ese pequeño e insignificate chupon.

- Jin. - dijo sonriendo ampliamente la madre de Seo-Hyeon. -- Tú madre me dijo que estaria fuera por unos dias, tambien me dijo que estaba haciendo las cosas bien, solo que confies en ella. -- asenti apretando levemente mis labios.

Senti como Seo-Hyeon bajaba las escaleras haciendo que la mirada de su madre y la mia cayeran sobre ella. Sonrei de lado al ver que traia maquillaje para ocultar las marcas.

-- ¿Por que traes tanto maquillaje? -- cuestiono su madre.

-- ¿Que pasa? Siempre tengo puesto maquillaje.

-- No, claro que no. -- fruncio el ceño su madre.

[...]

-- ¿Seguro que quieres dormir en tu casa? -- pregunto Seo-Hyeon mirando sus manos.

-- ¿Que sugieres que haga? -- alze una de mis cejas con una sonrisa juguetona.

-- No lo se, digo... si la verdad no quieres ir, no vayas. Mi madre dijo que te podias quedar. -- me miro por unos segundos y luego miro a un lado.

-- Quieres que yo me quede, ¿no es asi? -- tome su cintura apegandola a mi. -- Prometo que vendre. -- le di un corto beso. -- Se que...-- junte nuevamente nuestros labios. -- Necesitas que yo este cerca para poder estar bien. -- Bese sus labios con mas intensidad.

-- Mi madre nos verá, creeme que no quiero esas preguntas de "Ay, tu y Jin ¿Que son?" -- imito la voz de su madre y yo sonreí levemente.

-- Si te llega a preguntar eso... ¿Qué le dirías? -- susurre sobre sus labios.

-- Solo amigos. -- la mire atentamente, su mirada era neutra ¿Acaso ella tiene claro que es solo sexo? -- Aunque no me creería, es medio... ¿intensa?

-- Debo irme. -- me aleje de ella rápidamente. -- Nos vemos mañana, en la universidad. -- sonreí forzadamente y caminé cruzando la calle hasta mi casa.¿Que carajos fue esto?

Es como si sus palabras... realmente me hubieran afectado de cierta forma.

Seo-Hyeon

Frio.

Eso era lo que sentia luego de que Seokjin se alejara de mi. Mi cuerpo se sentia vacio, como si necesitara algo mas pero ¿Que necesitaba? Claro que lo se, solo que no quiero salir latimada. No de nuevo.

Al ingresar a la casa cerre la puerta detras de mi, subi las escaleras hasta mi habitacion. Tome las cosas que estaban en el suelo, todo era un jodido desastre. En mi vista se poso una pequeña cajita la cual era negra con un lazo rojo. La tome en mis manos, la sacudi para tratar de escuchar que habia dentro, ¿nada?

Le quite el lazo asi abriendo la caja, eran unas diminutas galletas junto con una carta.

-- "Te quiero Seokjinie, espero que te gusten mucho estas galletas que te hice." -- suspire pesadamente. -- Ay que lastima, me las comere yo. -- sonrei sarcastica y empece a comerme las galletas.

Admito que estan buenas, serian mil veces mejores que las mias. No sirvo mucho para la cocina, un dia intente calentar agua y a los diez minutos estaban cinco bomberos apagando el fuego.Mi madre desde ese dia me prohibio estar sola en la cocina.

BLUEBERRY [SEOKJIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora