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Hoy no haré una dedicación exclusiva, quiero que sea para cada persona que se ha tomado el tiempo de leer Wanda's Letters. Gracias por cada vista, comentario y voto. Sin ustedes no sería igual, los quiero.

              Con el sargento Barnes de regreso al recinto de los vengadores, volvían los nervios de Wanda

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              Con el sargento Barnes de regreso al recinto de los vengadores, volvían los nervios de Wanda. La castaña lo había extrañado tanto en tan solo dos días, que no podía evitar mirarlo en todo momento, haciendo que él notara su mirada sobre su cuerpo, surgiendo cientos de preguntas en su mente. Respuestas que tendrían que esperar, pues tras la operación estaba empezando a tener borrosos recuerdos que lo hacían confundirse aún más, necesitaba tomarse unos días para poner en orden sus ideas.

    De manera que así transcurrían los días. María y Sam de misión, pues al ser Bucky su compañero y estar indispuesto le tocaba hacer las asignaciones con su novia, la que muy de vez en cuando hacía misiones de campo. Natasha intentando contactar con Yelena y poniendo a Steve nervioso con su evidente inquietud. Steve haciendo un excelente trabajo como entrenador, ofreciendo lo mejor a los agentes que Nick le envío. Tony y Pepper ocupados en investigaciones de industrias Stark, pero también concentrándose en su embarazo. Bruce y Betty viajando a diferentes países de bajos recursos, dónde ofrecían sus conocimientos por el bien de la humanidad. Y así sucesivamente, cada vengador enfocados en sus quehaceres cotidianos, en nuevos proyectos, siendo tan excéntricos como siempre.

    Así pasaba la semana y Bucky observaba a Wanda con mucha curiosidad y calma. Había empezado a ver ciertas similitudes entre la borrosa figura de su pasado y la sokoviana, pero no quería actuar de manera apresurada y borrar cualquier posibilidad de descubrir la verdad. Además, los flashes llegaban sin ningún orden, provocándole intensas migrañas. Tenía que ser paciente.

    —¿Qué hiciste para estar aquí? —la chica de enmarañado cabello, ladeó la cabeza con curiosidad.

    Él guardó silencio, sin saber que contestar, pues la verdad es que no sabía a ciencia cierta que lo mantenía ahí. Lo que sí sabía era lo que le había dicho el hombre de traje cuando despertó semanas atrás, le había dirigido una mirada cargada de seguridad mientras le decía que él tenía una deuda que saldar, un simple regalo para la humanidad.

    Lo cierto es no había sentido nada ante esas palabras, ni ante ninguna otra, hasta que aquella joven de ojos verdes le preguntó por su estadía allí.

    —Yo... no lo sé —murmuró con voz rasposa.

   Como si su voz se hubiera mantenido en cautiverio por mucho tiempo y tras ser liberada, era ronca e irreconocible para él. Aquello era hasta gracioso, porque él no conocía ni su propia voz.

    —¿Cómo que no sabes? Eres raro —añadió, alegre de encontrar a alguien diferente en aquel inhóspito lugar, que sólo le había traído a ella y a su hermano desgracia.

ᴡᴀɴᴅᴀ's ʟᴇᴛᴛᴇʀs | 𝑊𝑖𝑛𝑡𝑒𝑟𝑊𝑖𝑡𝑐ℎ | 𝐶𝑜𝑚𝑝𝑙𝑒𝑡𝑎✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora