ᴇxᴛʀᴀ

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Jat sonríe como el gato de Cheshire, mientras ve fijamente a los lectores: —¿A caso no lo vieron venir?

A los que comenzaron la historia conmigo, a los que se sumaron en el transcurso, a los que llegaron cuando había finalizado y a los que están por venir, esto es por y para ustedes. Debo aclarar que estuve pensando mucho en Sof, Alison, Val y Jeff (que no sé si aún lee), les quiero.

Canción: créditos a Il Divo.

                 Wanda se hallaba en la semana dieciséis del embarazo y con sus escasos cuatro meses se sentía reventar

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                 Wanda se hallaba en la semana dieciséis del embarazo y con sus escasos cuatro meses se sentía reventar. Sus pies ligeramente hinchados y con uno que otro antojo, pero de lo que realmente estaba cansada era de tanta sobreprotección por cada miembro de la familia, sin mencionar a Bucky tras ella para que comiera lo debido.

    —Estoy harta del jugo de naranja.

    —Muñeca, es necesario para una mejor absorción del hierro, lo dijo la obstetra en nuestra última cita.

    —Todo sea por ustedes —dijo acariciando su vientre, sonriendo.

    Y así era como se mostraba más voluble que de costumbre, su estado de ánimo variaba muchísimo, pero lo que más prevalecía era la dulzura que la había rodeado desde que se enteró que iba a ser madre. A veces ni Pietro la reconocía, se mostraba tan cariñosa que no parecía ser su hermanita la que solía regañarlo por todo, aunque era algo de lo que él se aprovechaba, ya que no le reñía por cualquier cosa, de eso se encargaba Yelena.

    —A ver, muñeca, cómete todo esto y luego haremos lo que quieras —le señaló el nutritivo desayuno del que empezaba a hartarse, quería cosas más dulces.

    —Está bien, pero pasarás todo el día conmigo viendo películas y me comprarás todos los antojos sin importar que sean raros —advirtió, consciente de que iba a poner alguna queja.

    —Bien, pero primero a desayunar —aceptó, cuando miró sus ojos ligeramente cristalizados.

   Ella esbozó una tímida sonrisa y empezó a devorar el sustancioso desayuno.

    El día fue transcurriendo con normalidad, así como las siguientes semanas, la verdad es que se iban adaptando rápido a su vida de padres, aunque en ocasiones Wanda debía controlar a Bucky con sus compras innecesarias, como cuando fueron a una tienda de bebés y él depositó en el carrito treinta biberones, sólo porque le gustaron y era importante que sus hijos tuvieran uno en cada lugar del complejo. Tuvo que darle la razón a Tony cuando dijo que iban a convertir el recinto en una guardería.

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ᴡᴀɴᴅᴀ's ʟᴇᴛᴛᴇʀs | 𝑊𝑖𝑛𝑡𝑒𝑟𝑊𝑖𝑡𝑐ℎ | 𝐶𝑜𝑚𝑝𝑙𝑒𝑡𝑎✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora