-Capitulo 3. Invitación. -

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--Asta no piensa que está enamorado de aquella chica de mirada inocente, pero de deseos profundos por sobrevivir en esta sociedad; algo en su interior le exigía verla una vez más, escuchar su voz y ver como sus pies danzaban al son de la música. Pensar en que tal vez es amor a primera vista, resulta imposible para él. --

-Según los del parlamento, la celebración para conmemorar la llegada del trébol de cuatro hojas a nuestro reino debería llevarse a cabo después de la purificación suya y la gente de palacio.

-Me parece viable, Yami. No podemos permitir que personas de otros reinos entren al palacio sin que este purificado antes, podrían traer consigo la malaria y eso sería terrible para mis súbditos.

-Es verdad. Entonces pondré en sobre aviso a los soldados para que eviten la entrada a ciertas personas, mientras se prepara lo necesario para la purificación.

-Te lo encargo.

-(Reverencia) Con su permiso, majestad.

-Creo que nos veremos beneficiados con el comercio textil.

-Disculpe la intromisión, su majestad.

- ¿Qué sucede, Finral?

-Tengo lo que me solicito.

- ¿Tan rápido?

-Es muy fácil conseguir información de la zona oscura. Solo tuve que ir con la gente que ha vivido por muchos años en dicha zona y darle unas monedas a cambio de sus palabras.

-Los métodos me resultan un poco deshonorables; pero, en fin, te escucho.

-Créame que no es una reseña muy grata.

-Mientras tanto una mujer de pelo anaranjado y de emociones intensas cuestiona a la joven y confundida Noelle. -

- ¿Te dijo algo el sultán?

-Por el contrario, señora Mereoleona. Su majestad fue muy amable conmigo, fui yo la descortés.

-No te culpes, este debió presentarse en cuanto lo cuestionaste.

-Aun así, se tomó la molestia de ser amable conmigo; incluso ordeno a uno de sus guardias acompañarme a casa.

-Es lo mínimo que se debe esperar de su persona.

-Señora Mereoleona.

-Ten mucho cuidado. Los que pertenecen a la realeza solo buscan la forma de entretenerse, sin importar sin lastiman a jovencitas como tú.

-...

-Su majestad no es la excepción. Desde que subió al trono, se le otorgo el derecho de tener su propio harén, este podría tomarte como parte de ello si así lo desea.

-Pero...

-Solo ten mucho cuidado y trata de no acercarte al palacio.

-(Asiente) Si, señora.

-Y deja de decirme señora, no luzco tan vieja.

-Como usted diga.

- ¿Y cómo se encuentra Nebra?

- (No sé porque siento que Mereoleona se equivoca con respecto a su majestad).

- ¿Noelle?

- (Su mirada no parecía estar opacada por la avaricia o la lujuria. Por el contrario, brillaba cual oasis cuando es tocado por el sol).

- ¡Noelle!

-Lo siento, ¿Qué me decía?

-Creo que deberías ir a casa a descansar. Ha sido un día difícil.

Moon Oasis |Finalizada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora