-Capitulo 20. Par de anillos. -

251 20 72
                                    

--El amor puede ser como la luna, tan brillante como un diamante, pero tan lejano como la misma. El simple hecho de poseerlo cual tesoro, genera en Asta una calidez y una felicidad capaz de iluminar su alrededor. Una felicidad que está dispuesto a cuidar y atesorar como la joya más importante que sus manos hayan tocado. --

- (Abre los ojos) Ya amaneció... ¿Noelle? (Se levanta) ¿Dónde estás? N...

- ¡Asta! Deberías estar descansando, tú cuerpo aún no se recupera del todo.

-Lo siento, es solo que (La abraza) Por un momento pensé que te habías ido y...

- (Corresponde el abrazo con un leve sonrojo en sus mejillas) Tranquilo, no me voy a separar de ti. Solo fui a preparar el desayuno.

-Pero Noelle, Undine dijo que no podías estar cerca del fuego.

-Lo sé, pero no creo que me afecte picar un poco de fruta, hacer un jugo y un pequeño postre frio.

-(Ríe) Es verdad.

-Regresa a la cama.

-Eso se escuchó muy atrevido de tu parte, Noelle.

- (Nerviosa) Lo digo para que puedas desayunar con comodidad.

- (Me encanta ver sus reacciones) Solo bromeaba.

- (Abre la puerta) Disculpe la intromisión, majestad.

-Leopold, adelante.

-Vine a darle mi informe sobre el reino del diamante.

-Te escucho.

-Todo parece estar en relativa calma y más ahora que se han enterado del accionar del rey Dante.

-...

-Pero si le soy sincero, no creo que su rey se quede así para siempre. Intentará poseer el trébol de alguna forma, como lo hizo su padre.

-Cierto, gracias a su padre el mío tuvo que sacrificarse por el bien del reino.

-Lo sé. Por ello, considero conveniente entablar una conversación con la reina Lolopechka para que ambos reinos tomen medidas para resguardar el trébol como el corazón de futuras amenazas.

-Bien. Hazle llegar a la reina una carta informándole sobre los últimos acontecimientos y nuestros deseos con su reino.

-(Reverencia) Enseguida, majestad.

-...

-Me alegra ver que te recuperaste, Noelle.

-Gracias, Leopold.

-Nos estaremos viendo. Con su permiso, majestad.

-Adelante. No sabía que Leopold y tú se conocían.

-Crecimos juntos en la zona oscura, por lo menos hasta que su hermano mayor comenzó a servirte.

-Oh...

- ¿No te gusto el desayuno?

-Estuvo delicioso, Noelle.

-Entonces, ¿Por qué luces tan molesto?

-No, por nada (Suspira) Noelle...

- ¿Sí?

- (Toma sus manos) Me imagino que estas consciente de lo que va a conllevar casarte conmigo, ¿verdad?

-Asta...

-Tú vida cambiara demasiado, es posible que sufras humillaciones por parte de algunos aristócratas y demás mandatarios.

Moon Oasis |Finalizada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora