¡No Somos "Limelights"!✅

Capítulo 24

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«It's not just me, no, you feel it too...»

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SAMARA

Tras compartir una mirada de genuina duda, ambas asienten y salgo de la habitación para luego bajar por las escaleras.

–¿Y qué hacen aquí?

–Aún no quieren decírmelo.– me encojo de hombros llegando al último escalón.

–Ahí están– sonríe Zach desde el umbral de la puerta, llamando la atención de los demás –, ya hay que irnos, que llegamos tarde.– ladea la cabeza hacia la izquierda antes de dar media vuelta e irse.

Frunzo el ceño interrogante y observo a mis amigas, quienes tienen la misma expresión extrañada.

–Ni que fuéramos a matarlas y lanzarlas a un terreno baldío.– comenta Daniel burlón.

–No había pensado en eso, pero gracias por la idea.

–De ustedes ya espero hasta eso.

–Muy reconfortante, gracias.

–Bonita forma de convencernos, eh.

Hablamos las cuatro al mismo tiempo, el ojiazul ríe negando con la cabeza y también da media vuelta para irse.

–Las llevaremos a ver el departamento que Daniel les ofreció.– explica Corbyn.

–¿Tan rápido?– cuestiona Judi, asombrada.

–Pues sí, para algunas cosas es rápido el desgraciado.– comenta Jonah con una sonrisa burlona, le miro sin entender y él solo hace un ademán con la mano restándole importancia.

–¿Vienen? El señor Conrrad está esperándonos.

–¿Ustedes qué dicen?– las observo, Val y Judi asienten con una sonrisa, mientras Sabri parece estar considerándolo…

Ahora que me doy cuenta, Jack no está aquí.

–Es mejor que…

–¡Mamá, Samara cambió mi shampoo y me puso tinte verde!– se oye el grito desesperado de Tiago, por lo que sin esperar respuesta o preguntas de nadie, paso por el medio de Jonah y Corbyn y corro hasta subirme a la parte trasera de uno de los dos autos aparcados en la acera.

Sí, definitivamente fuí yo quien hizo aquello.

¿Recuerdan cuando el maldito se aprovechó de nosotras por no tener voz aquella vez? Bueno, la idea principal era gritarle en el oído cuando estuviera profundamente dormido, pero ese plan se vió boicoteado cuando, uno; estuvo en la casa de Jake los días posteriores y, dos; nunca lograba despertarme antes que él. Siendo honesta, no es que me esforzaba mucho, así que lo que hice fue llenar su pote de shampoo con una tinta verde en rebaja que había encontrado en una tienda mientras iba de camino a ver los departamentos.

Volviendo al ahora, me acomodo bien sobre el asiento y cierro la puerta soltando un suspiro.

–Vaya, ¿todo bien?– pego un pequeño respingo al oír su voz justo al lado mío, volteo el rostro en su dirección y sonrío.

–Definitivamente, no te preocupes, Zach, ¿ya nos vamos?– miro hacia afuera viendo cómo los demás se dirigen al otro auto, excepto por…

–Yo conduzco– cierra la puerta del piloto y se acomoda, arregla el espejo retrovisor y es ahí cuando se percata de mi presencia, sonríe de lado y gira la cabeza en mi dirección –. Así que aquí viniste a esconderte, ¿eh?– ruedo los ojos.