Capítulo 29

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«… Isn't it amazing how almost every line on our hands align? When your hand's in mine. It's like I'm whole again...»

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SAMARA

–¡¿Eso es sangre?!– exclama Val histérica, frunzo el ceño y le echo un vistazo a mis brazos y a mi camiseta, y ahí es cuando comprendo su reacción.

–Tranquila, es solo pintura.– intento calmarla.

Mucha, pintura.– agrega Jonah a mi lado, lo miro y río. Él está peor que yo.

–Pero… ¡pero!

–Ya, enserio– me acerco a ella y la sujeto suavemente de los antebrazos –. Es simple pintura sin importancia, ¿está bien?– ella vuelve a ojear mi ropa y brazos antes de volver a enfocar su vista en mis ojos.

–Bien.– sonrío.

–Y ya que está el asunto arreglado, vamos a casa– sonríe Jonah, lo miro por sobre mi hombro con una ceja alzada –. Oh, sí cierto.

–¿Qué?– cuestiona Corbyn, sin entender la actitud de su amigo.

–Ayudaré a empacar a Sam, luego los alcanzam…

–Ni loca– nuestra atención va a parar a Val –, ustedes no vuelven a quedar solos hasta comprobar de verdad que eso no sea sangre.– se cruza de brazos.

–Vayan ustedes, yo las llevo luego.– propone Corbyn. Zach y Jack miran a Jonah al unísono.

–Mmm… está bien.– termina accediendo.

Él me mira cómplice, le devuelvo el gesto, y luego da media vuelta junto a sus dos amigos.

–Llevamos sus cosas, chicas.– sonríe Zach, para luego entre los tres cargar el maletero del auto con las maletas de Sabri y Val.

–Yo las espero aquí, ¿sí?– sonríe Corbyn, Val asiente con el rostro enrojecido y luego nos toma de la muñeca a Sabri y a mí.

¿Y ahí qué pasó entre estos dos…?

–A ver, empaca tus cosas y desembulla.– es lo primero que dice la rubia cuando estamos en mi habitación. Asiento y río.

–Solo fue una broma, que parece que salió mal, pero en realidad es todo lo contrario.– río al recordarlo.

–¿Y?– presiona la pelirroja, mientras guarda un par de abrigos en una de mis maletas.

–Pues nada, Jonah me ayudó y aportó una idea para una pequeña venganza, eso es todo.– me encogo de hombros.

–Sí, y Val no está loca por Corbyn.– Sabri arquea una ceja.

–¡Oye!

–Oh, vamos, ¿qué más sucedió como para que Míster Sonrisita y tú anden con miraditas cómplices y eso?– continúa la rubia, ignorando el reclamo de la pelirroja, niego con la cabeza con una sonrisa.

–Nada, es enserio.

–Pareces el "Guasón" de tanto sonreír, a mí no me engañas.

–Y a mí tampoco.

–Es decir– la rubia se sienta en el borde de mi cama mientras guarda un par de camisetas –, ni cuando tu vecino descubrió a Val observándolo por la ventana sonreías tanto.– la mencionada se sonroja a más no poder, mientras yo suelto una carcajada recordando el momento.

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