Les dejo el cap de hoy. Y como siempre, comenten, voten si les gusta y regresen por más. Y si no pueden esperar, el siguiente capítulo en breve en mi blog.
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Gabi
Al final no sé como fue, pero la tía Cari se salió con la suya, acabamos en un local de esos donde los hombres bailan para las mujeres de forma pecaminosa. Tampoco me importaba mucho, porque no estaba yo para mucha fiesta. Pero tenía que aguantar hasta el final, porque si esa rusa embarazada podía, yo no iba a ser menos. Lo único bueno de todo aquello es que teníamos transporte gratis, cortesía de la familia Vasiliev. Normal, sus dos princesas estaban en el grupo.
Era la última parada de la noche, aunque Cari se negara a abandonar la fiesta. Ya se habían rendido mi madre, la tía María, la tía Susan, la tía Helena, la tía Ingrid, no sé si alguna más se apuntó a la despedida de soltera, seguro que sí. Es oír fiesta de chicas y aquí se apunta medio Miami. ¡Ah!, y la madre del novio. La pobre mujer sí que se sentía desplazada, y no solo por el idioma, sino por la cultura. Vale, supongo que este descontrol que llevábamos encima tampoco encajaba mucho con ella. Seguro que a estas alturas estaba pensando en qué país vivía su hijo.
En fin, como decía, habíamos aguantado las más jóvenes; Gloria, normal, era la novia, Camila, si Gloria aguantaba su hermana no iba a ser menos, Bianca, Paula, Mae, las gemelas Vania y Mili, Nika, y por supuesto, la rusa inagotable, Tasha. No, espera, Paula se había retirado porque dijo algo de asistir a un juicio. La pobre necesitaba emborracharse más que yo. Estaba harta de que la utilizaran de mula. Ya saben, la cargan con todo el trabajo pesado, y luego el mérito se lo llevaba el otro. Es lo que pasaba por ser la nueva en el bufete. En fin, no le importaba no estar en su mejor estado para ver como su "jefe" tomaba las riendas. Pero como dijo, al menos tenía que estar presentable, así que se fue cuando aún podía salvar algo de la noche para descansar.
Las que seguíamos allí estábamos algo cansadas, normal, eran las 3 de la mañana y llevábamos muchas horas de parranda. La que nos sorprendía a todas era la embarazada. La vi echar una cabezada de dos minutos nada más sentarnos en los butacones en los que estábamos ahora sentadas, pero enseguida se despabiló como si nada. Yo creo que en vez de un bebé llevaba allí una joroba como las de los camellos, que la surtía de energía para aguantar lo que la echasen. Me propuse aguantar tanto o más que ella, pero sabía que si la seguía el ritmo de bebida con alcohol, acabaría gateando por el suelo y ella seguiría tan fresca como una lechuga. ¡Agh! Embarazadas y restricciones de alcohol. ¿Por qué no simplemente se había quedado en casa?
—Wow, ¡sí!, ven aquí guapetón. ¿Quién es tu mami? —La tía Cari sí que lo estaba disfrutando, incluso se había puesto a gritar en primera fila como toda una posesa. La verdad, me sentí mal por el pobre chico. Como no estuviera espabilado, mi tía le cogía por el tanga y se lo metía en el bolso.
Ya estábamos calientes, al menos la tía Cari y las más jóvenes, cuando aparecieron en escena un grupo de machotes musculosos y tatuados ataviados con ropas polinesias. ¿Nos iban a bailar un hula? Normal que llevaran máscaras enormes en sus cabezas, diría poco de su masculinidad bailar así delante de mujeres hambrientas de sexo salvaje. A ver, que no tengo nada en contra de las bailarinas hawaianas, pero he visto a los chicos bailar esa danza para hombres, y salvo por el movimiento de pelvis, parecía un poco... gay. Unos cuantos tatuajes tribales sobre músculos abultados y definidos no...¡Mierda!, cuando empezaron a gritar como salvajes esa arenga al más puro estilo all blacks antes del partido, uf.
¿No saben a lo que me refiero? Si, eso, ese equipo de rugbi de Nueva Zelanda, los que van con el equipaje negro, y que le cantan al equipo contrario esa haka creo que se llama. Salvo porque ponen cara de locos y sacan la lengua sin venir a cuento, consiguen su propósito. Es que te ponen los pelos de punta y te dan ganas de darte media vuelta y no enfrentarte a ellos. Son guerreros, al más puro estilo de la palabra, de los que esperas una pelea hasta el final.
Sus muslos se abrieron para ponerse en posición, mostrando los músculos esculpidos de sus piernas. Sus manos golpeaban sus bíceps y pechos de forma rítmica, casi hipnótica, siguiendo la pauta de sus voces potentes y masculinas. Haciendo que cada poderoso músculo de su cuerpo se tensara para hacer babear a cada una de las mujeres que había allí. Y si eso no era suficiente, sus pelvis se sacudían de la misma forma rítmica y potente hacia adelante, prometiendo una penetración total y salvaje. ¡Mierda!
La tía Cari casi se sube al escenario para arrancarle la faldita de paja a uno de ellos. Si no es por los de seguridad, lo habría conseguido. ¿Alguno estaría abierto a continuar el espectáculo en un lugar más privado? Porque aquí más de una estaría dispuesta a meterle un billete grande en el elástico del tanga si llevaba la fiesta fuera del escenario. Soy una mujer abierta del siglo 21, no tengo ataduras con ningún hombre, y las que yo misma esperaba enredar a mi cuerpo, estaba claro que nunca podría alcanzarlas. ¿Y si me regalaba uno de esos? Déjalo pasar Gabi, no es buena idea, estas demasiado enfadada para que eso lo sea.
En una de esas paradas, uno de los guerreros se quedó mirando en dirección a Gloria, la señaló y un par de los chicos de seguridad la llevaron en volandas hacia el escenario. Ella no se quejó, fue allí mansamente, y dejó que la sentaran en una silla en mitad del escenario sin quejarse. Es más, diría que se le estaba haciendo la boca agua por tocar toda esa carne prieta y dura. ¿Pero qué se había bebido? Ella no era de las que se dejaba manejar de esa manera. Aunque bueno, ya tenía varias copas encima, y estaba imbuida por la fiebre hambrienta de la tía Cari. Y era su despedida de soltera, ¡Qué demonios! Si alguien tenía que disfrutar de ese regalo era ella. ¿Importaría que ya estuviese casada?
El tipo hizo el baile muy cerca de ella, mientras sus compañeros seguían ejecutando la haka detrás de él, deleitando a las mujeres del local. ¿Y Gloria? ¡Porras!, se retrepaba en su silla mientras sus manos tocaban aquí y allí con descaro, mientras sus dientes aferraban con lujuria su labio inferior. Esta loca iba a saltar sobre el pobre chico en cualquier momento. ¿Qué le pasaba a esta mujer? En un parpadeo, había saltado sobre él para pegarle una dentellada en sus abdominales. El chico levantó las manos en señal de rendición. ¿Pero era tonto o qué? Eso iba a dejarle marca. Quizás conseguir eso de una de las clientas tenía un plus económico. ¡Agh!, ¿pero qué estoy diciendo?
Había estado tan absorta con los movimientos de Gloria, que no me había dado cuenta de que Nika y Tasha se habían acercado al escenario, y que gritaban a pleno pulmón a algunos de los chicos. ¿Esta era la oportunidad que había estado buscando para romper ese matrimonio? Por probar...
Saqué mi teléfono y me puse a grabar aquello. Lo sentía por Bruno, él no se merecía que Nika le hiciese aquello, pero ya se sabe que en la guerra siempre hay daños colaterales. Y por conseguir aniquilar a Tasha, estaba dispuesta a asumir cualquier baja.
En un parpadeo, los dos chicos a los que ellas les animaban a bajar del escenario, saltaron hacia las mesas del público para llegar hasta ellas. No solo bailaron a su lado, sino que dejaron que los tocaran, sobaran y todo lo que ellas quisieran. Ellos no solo se dejaron, sino que participaron en el manoseo. Aquel material iba a ser mi carta ganadora, iba a darle una patada a la rusa paliducha esa para sacarla del estadio. En cuanto ella se atrevió a levantarle la máscara al chico, claramente con la intención de conseguir algo más, ya sentía que la tenía donde la quería.
Me había acercado tanto, que seguramente se habría dado cuenta de que estaba allí, pero no le importaba. ¿Tan segura estaba de su inviolabilidad? Ya lo veríamos, en cuanto le enseñase ese material a Drake, ella caería de su pedestal.
Ya casi lo tenía, iba a besarlo, podía verlo en sus ojos, es más, lo hizo. Pero el muy idiota solo me mostraba su escultural espalda, necesitaba más que las manos de ella abrazándole, necesitaba... Rodeé sus cuerpos para encontrar sus caras, para obtener la prueba definitiva. Casi que podía escuchar sus palabras por encima de los gritos del resto de mujeres de la sala.
—No vas a escaparte muchachote. —La tenía, ella le estaba haciendo una proposición. —Voy a comerte entero.
—¿Cómo supiste que era yo? —Aquella voz me dejó congelada, se parecía a...
—Reconocería este cuerpo entre un millón. —Él la besó con ganas, como si aquella fuese la mayor declaración de fidelidad que podría darse. Otra vez ella había ganado, se había llevado a ese hombre espectacular y caliente, y además, me había dejado fuera de juego. Ella había reconocido a Drake debajo de aquella horrible máscara tribal. Esa rusa era demasiado lista para mí.
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Gabi - Legacy 8
RomanceGabi es una mujer joven y moderna, a sus 23 tiene todo lo que cualquier otra puede desear; una familia que la quiere, un trabajo que la gusta... Pero lo que siempre ha deseado y nunca ha podido conseguir es al hombre del que se enamoró de niña: Drak...