Capítulo 10

5 4 0
                                    

Eh... Holi, aclarar que el dibujo de arriba es para que tengan una idea más o menos de como imagino el vestuario.

Seele

Amanece y todos están en función de recoger y trasladar el campamento. Por lo que he escuchado antes y la breve reunión matutina que dio Renato, iremos rumbo a Ihame.

Ihame, pequeña ciudad ubicada al otro lado del bosque Leuchtet, por las colinas Gilles. A pesar de ser fundada por mis padres hace tiempo, no forma parte del reino de Wandel y es liderada por el conde Hakim Bell. Por lo que he escuchado es una ciudad pequeña pero acogedora y hospitalaria, además de ser pacifista, por lo que no me extraña que nuestro destino sea ese.

Sobre todo si vamos a llevar a personas con nosotros.

––¡Eh Seele! ––me llama Bleire ––¿Cómo estás hoy?

––Bien, eso creo ––digo algo dubitativa.

––¿Pasa algo?

––No, no. ––me apresuro a responder ––Solo que ya me estaba acostumbrando a este sitio. Es extraño estar emigrando a cada rato ¿no?

––Algo así. La verdad trato de no pensar mucho en eso y no me acostumbro mucho a ningún sitio. ¡Ya ves como es esto!

––Sí ––afirmé.

––Oye, me dijo Renato que me buscabas... ¿para algo de tu vestuario...?

Fruncí el ceño ––¿Él te dijo eso?

––Sí, ¿por qué? ¿No es verdad?

––Bueno supongo que si él dijo eso... ––mascullé.

––Entonces ¿no me necesitas?

––¿Te digo la verdad? Él cree que no puedo luchar vestida así ––señalé mi vestimenta. ––¡Y eso que al salir de palacio elegí los vestidos más cómodos! ––exclamé

Bleire me observó con determinación ––Tiene razón.

Hice un mohín ––Oh pero claro que la tiene, ¡Es Renato siendo... Renato!

Bleire comenzó a reír.

––¿Puedes ayudarme? ––supliqué.

––Venga vamos a nuestra tienda, tengo algunos conjuntos que te quedan.

––Gracias, de verdad.

––De nada, eres parte del equipo ¿no? ––dijo con una sonrisa. ––Vamos.

La seguí hasta la tienda y allí comenzó una larga jornada donde ella me ofrecía un vestuario y yo negaba.

––¿Qué tal este? ––preguntó y volví a negar. ––Seele, desde que entramos has hecho ese gesto con la cabeza más de diez veces. Me estoy cansando.

––Ya sé Blei, me gustan tus conjuntos, es solo que, son muy... ¿reveladores?

Bleire arqueó una ceja con una sonrisa ––¿En serio? ¿No será que tú estás muy  acostumbrada a cubrir cada mínima parte de tu cuerpo?

La miré con los ojos entrecerrados. ––No me juzgues por ser una princesa ––hice una pausa y ella soltó una carcajada. ––Genial, ahora me siento discriminada.

––¡Oh venga! Tienes que elgir alguno.

Dudé por unos instantes.

––Mira Seele, no pasa nada por mostrar parte de tu cuerpo, por el contrario, las mujeres tenemos que lucir lo que por naturaleza nos fue dado, siempre, por todo lo alto; incluso si no tenemos ánimos de hacerlo.

Dos vidas, un destino [EN CURSO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora