Seele
––¿Binzen? ¿Dijiste Binzen? ––pregunte casi sonriendo por la alegría.
¿Qué probabilidades habían de que su hijo fuera el mismo Binzen que conocí hace semanas?
––Sí, lo llamé así porque fue el primer nombre que me vino a la mente cuando lo tuve en mis brazos. ¿Puedes creerlo? ––sonrió con tristeza.
––Kalesy... ¿Qué edad tendría tu hijo en la actualidad? ––pregunté esperanzada ayudándola a ponerse en pie para seguir con la trayectoria.
––Eh, unos once años. ––respondió confusa. ––¿Por qué?
––Mira, no quiero crearte falsas esperanzas pero, hace poco tiempo conocí a un niño en las calles de Wandel llamado Binzen.
Sus ojos dejaron de ser tristes y de un momento a otro comenzaron a brillar.
––¿Crees que...? ––se calló llevando sus manos a su boca. ––Pe-pero, no es posible, dejé a mi hijo cuando era bebé, ¿cómo conocería su nombre entonces?
Tenía razón... Pensándolo así, comenzaba a sentirme mal porque tal vez le he hecho ilusionarse en vano.
––Tienes razón, lo-lo siento ––musité y ella seguía pensativa.
––¡El colgante! ––casi gritó y frenó en seco.
––Kalesy...
No entendía nada.
––¡Seele, el colgante! ––llevó sus manos su cabeza como si lo asimilara todo. ––Mi pequeño está vivo.
––Kalesy ¿qué colgante? No entiendo.
––Cuando mi niño nació yo y su padre le colocamos un colgante con su nombre y... una inscripción con una dedicatoria de mi parte.
¿De su parte? Entonces lo recordé.
––¿Cómo te llamas? ––pregunté.
––Binzen, me llamo Binzen. ––respondió algo asustado. ––Por favor, no me mande a arrestar, le juro que no lo hago más.
––No te voy a mandar a arrestar, eso sería algo cruel e injusto, Binzen. Tienes un bonito nombre ¿Sabías?
Se encogió de hombros. ––Me lo puso mi madre, ella, está muerta. ––dijo tristemente, bajando su cabeza.
Vagamente llegó a mi mente el recuerdo de un colgante sobre su cuello que en ese momento no se llevó toda mi atención pero si la suficiente para saber que lo traía consigo y sí, tenía su nombre inscrito en el.
La voz de Kalesy interrumpe mis pensamientos. ––¡Está vivo, Seele! Mi, mi hijo está vivo. Cuéntame más sobre él, por favor.
––Bueno, lo conocí por las calles de Wandel...
Omití la parte donde estaba siendo maltratado por robar. No quería que su ilusión se rompiera o se convirtiera en preocupación.
––Es un niño muy hermoso ––continué mientras ella sonreía orgullosa ––Y muy sano también.
––Pero ¿cómo es posible que haya sobrevivido? ¡Dios! Aún no lo puedo creer.
––Tal vez alguien le encontró y se hizo cargo de él. Alomejor era alguien conocido.
––¡Mi pequeño, Seele! Está vivo. ––exclamó abrazándome. ––Debo volver a Wandel, debo buscarle. ––dijo rompiendo su abrazo y corriendo hasta Renato y Luka.
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Dos vidas, un destino [EN CURSO]
Fantasi¿Qué harías si toda la vida de un pueblo dependiera de ti? ¿Si al dejar de existir este, se extingue la magia? ¿Si para salvarlo tienes que sacrificar todo lo que amas y anteponer la vida de los demás a tus deseos? Seele Herz, la princesa más huma...