CAPITULO 8

14.4K 733 18
                                    

— ¡Claro, eres él chico de la discoteca! —. Alce la voz mirándolo fijamente, él sonrió y asintió con la cabeza

— Así es —. Me miro

El auto se detuvo, me di cuenta de que habíamos llegado de nuevo a mi cárcel.

Uno de los guardaespaldas me abrió la puerta, salí y mire de nuevo la inmensa mansión con terror.

— Es toda tuya —. Sentí sus manos acariciar mis hombros

Me di la vuelta con rapidez, mirándolo directamente a los ojos.

— Todo lo mío es tuyo —. Me aleje de él sin dejar de mirarlo

— Así como tú eres mía —. Sonrió con picardía

Trague saliva con miedo, entre a pasos rápidos a la mansión, subí con rapidez las escaleras, hasta entrar a mi habitación.

Pegue mi espalda con la puerta, mi respiración era agitada y mi pulso era acelerado.

Pase mis manos por mi rostro frustrada, no sabía que era lo que sentía cada vez que hablaba con él o me tocaba.

Me desvestí por completo, deje caer el vestido a mis pies.

Camine a la cama cansada, me deshice de mis zapatos, me recoste en la cama en forma fetal.

Mis ojos se fueron cerrando poco a poco como imanes.

(...)

Me levante de golpe al escuchar unas risas en la habitación.

Abrí los ojos y ví a varias mujeres en la habitación, las mire extrañada y ellas se pusieron nerviosas.

— ¿Quienes son ustedes? —. Pregunte confundida

— Somos las personas que la prepararemos para su boda señorita —. Sus palabras me cayeron como un balde de agua fría

— ¿De que están hablando? —. Pregunte levantándome de golpe de la cama

— Así lo ordenó él señor —. Sonrieron

Y entonces comprendí que hoy sería el terrible día de mi boda.

— Señorita tenemos que empezar a peinarla, maquillarla y hacerle unos cuantos retoques —. Me jalo una chica y me sentó en una silla

Yo seguía sin articular palabra, mire el anillo con odio.

Comenzaron a hacerme el peinado mientras otra chica me maquillaba.

(...)

No quería abrir los ojos, tenía miedo verme vestida así.

— ¡Hija! —. Escuche la voz de mi madre

Abrí los ojos y la mire, iba vestida con un hermoso vestido de rosas.

Sonreí y corrí a abrazarla con emoción, detrás de ella venía Paulina.

Sus brazos me rodearon con fuerza, no me pude contener y salieron a flote mis lágrimas.

— Te vez mucho mejor madre —. Hable separándome de ella

— Tu prometido ha sido muy bueno conmigo, me ha pagado los medicamentos necesarios y el hospital... Además de que ya le pago lo que le debíamos a Paulina hija —. Hablo con emoción

Sonreí con tristeza, pero a la vez con alegría porque mi madre estaba aún mejor.

— Además de que nos visita diario y nos dijo que se casarían —. Sonrió con alegría

— ¡Pero que hermosa te vez! No pensé que te fueras a casar con un hombre tan guapo y amable —. Acarició mis mejillas

— ¿Pero que tienes? Te vez triste —. Preguntó preocupada

Me quede callada por un par de segundos pensando en que decirle.

— Nada es solo la emoción de que me voy a casar —. Me mordí la lengua con fuerza

— ¡Ohh hija eso es normal! Eso me paso a mi cuando me case con tu padre —. Hablo recordando con tristeza a mi padre

— ¡Pero que hermoso vestido, te queda perfecto! —. Lo miro con detenimiento, me acerque a pasos lentos al espejo

Me observe, un hermoso peinado con trenzas cruzadas agarradas por esquinas de mi cabello.

Un vestido largo, pegado a mi cuerpo con muchas piedras brillantes.

Un hermoso escoté de corazón y cola de sirena, unos zapatos blancos con brillantes por delante.

Y un labial rosa pastel, un velo de novia largo que cubría todo mi rostro, y un ramo lleno de rosas rojas.

Era una novia perfecta por fuera, pero por dentro era solo un recipiente lleno de odio, tristeza y rencor.

ME PERTENECES (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora