— ¡Claro, eres él chico de la discoteca! —. Alce la voz mirándolo fijamente, él sonrió y asintió con la cabeza
— Así es —. Me miro
El auto se detuvo, me di cuenta de que habíamos llegado de nuevo a mi cárcel.
Uno de los guardaespaldas me abrió la puerta, salí y mire de nuevo la inmensa mansión con terror.
— Es toda tuya —. Sentí sus manos acariciar mis hombros
Me di la vuelta con rapidez, mirándolo directamente a los ojos.
— Todo lo mío es tuyo —. Me aleje de él sin dejar de mirarlo
— Así como tú eres mía —. Sonrió con picardía
Trague saliva con miedo, entre a pasos rápidos a la mansión, subí con rapidez las escaleras, hasta entrar a mi habitación.
Pegue mi espalda con la puerta, mi respiración era agitada y mi pulso era acelerado.
Pase mis manos por mi rostro frustrada, no sabía que era lo que sentía cada vez que hablaba con él o me tocaba.
Me desvestí por completo, deje caer el vestido a mis pies.
Camine a la cama cansada, me deshice de mis zapatos, me recoste en la cama en forma fetal.
Mis ojos se fueron cerrando poco a poco como imanes.
(...)
Me levante de golpe al escuchar unas risas en la habitación.
Abrí los ojos y ví a varias mujeres en la habitación, las mire extrañada y ellas se pusieron nerviosas.
— ¿Quienes son ustedes? —. Pregunte confundida
— Somos las personas que la prepararemos para su boda señorita —. Sus palabras me cayeron como un balde de agua fría
— ¿De que están hablando? —. Pregunte levantándome de golpe de la cama
— Así lo ordenó él señor —. Sonrieron
Y entonces comprendí que hoy sería el terrible día de mi boda.
— Señorita tenemos que empezar a peinarla, maquillarla y hacerle unos cuantos retoques —. Me jalo una chica y me sentó en una silla
Yo seguía sin articular palabra, mire el anillo con odio.
Comenzaron a hacerme el peinado mientras otra chica me maquillaba.
(...)
No quería abrir los ojos, tenía miedo verme vestida así.
— ¡Hija! —. Escuche la voz de mi madre
Abrí los ojos y la mire, iba vestida con un hermoso vestido de rosas.
Sonreí y corrí a abrazarla con emoción, detrás de ella venía Paulina.
Sus brazos me rodearon con fuerza, no me pude contener y salieron a flote mis lágrimas.
— Te vez mucho mejor madre —. Hable separándome de ella
— Tu prometido ha sido muy bueno conmigo, me ha pagado los medicamentos necesarios y el hospital... Además de que ya le pago lo que le debíamos a Paulina hija —. Hablo con emoción
Sonreí con tristeza, pero a la vez con alegría porque mi madre estaba aún mejor.
— Además de que nos visita diario y nos dijo que se casarían —. Sonrió con alegría
— ¡Pero que hermosa te vez! No pensé que te fueras a casar con un hombre tan guapo y amable —. Acarició mis mejillas
— ¿Pero que tienes? Te vez triste —. Preguntó preocupada
Me quede callada por un par de segundos pensando en que decirle.
— Nada es solo la emoción de que me voy a casar —. Me mordí la lengua con fuerza
— ¡Ohh hija eso es normal! Eso me paso a mi cuando me case con tu padre —. Hablo recordando con tristeza a mi padre
— ¡Pero que hermoso vestido, te queda perfecto! —. Lo miro con detenimiento, me acerque a pasos lentos al espejo
Me observe, un hermoso peinado con trenzas cruzadas agarradas por esquinas de mi cabello.
Un vestido largo, pegado a mi cuerpo con muchas piedras brillantes.
Un hermoso escoté de corazón y cola de sirena, unos zapatos blancos con brillantes por delante.
Y un labial rosa pastel, un velo de novia largo que cubría todo mi rostro, y un ramo lleno de rosas rojas.
Era una novia perfecta por fuera, pero por dentro era solo un recipiente lleno de odio, tristeza y rencor.
ESTÁS LEYENDO
ME PERTENECES (+21)
RomanceTERMINADA... - Tú naciste para mi, tu cuerpo, tus besos, tus caricias y tu amor me pertenecen -. Susurro cerca de mi oído Trague saliva, su cuerpo aprisionaba al mió con fuerza... Su obsesión se me estaba saliendo de control. - Tú sabes que no te...