Él estaba ahí, a muy pocos metros de mi, caminaba lentamente hacía él, la maldita música de boda me puso aún más nerviosa.
Uno de sus guardaespaldas me entregaría como su nueva esposa.
Me tomaba con fuerza para que no escapara, me detuve de golpe.
Mire a mi alrededor todas las personas me veían con cierta emoción.
Me tope con la mirada de mi madre, ella tenía una sonrisa dibujada en su rostro de felicidad.
Sentí como él hombre a mi lado me jalo para que siguiera caminando, mis manos se aferraban al ramo de rosas.
La mirada de mi madre me miraba confundida, lo mire a él, con un traje negro como la noche, una sonrisa perfecta.
Esperando por mi, su sonrisa se iba desvaneciendo poco a poco cuando me detuve.
Volví a mirar a mi madre, mis ojos se tornaron borrosos.
Baje la mirada viendo mis zapatos, escuchaba como las personas empezaban a susurrar.
Entonces, volví a sonreír y a caminar de nuevo, las personas comenzaron a aplaudir y a reír.
Entonces me detuve justo frente a él, su mirada estaba llena de un brillo especial.
Me tomo de la mano con delicadeza, sonrió con ternura.
(...)
— Sebastián De La Garza ¿Acepta usted como esposa a Mónica Valdés? —. Me miro y sonrió
— Acepto —. Me dio un leve apretón en las manos
— Mónica Valdés ¿Acepta usted como esposo a Sebastián De La Garza? —. Trague saliva con miedo
Mire mis manos con las de él, no quería aceptar.
Mire a mi madre y observe que unas cuantas lágrimas de felicidad salían de sus ojos.
— Acepto —. Todos se levantaron y comenzaron a reír
— Los declaro marido y mujer... Puede besar a la novia —. Sentí como sus manos se deslizaron por mi cintura
Acerco su rostro al mío poco a poco, sentí como jugo un poco con mi nariz, sus labios rozaron con los míos, me beso con fuerza.
Su agarre en mi cintura se intensificó, sus labios se movían al compás de los míos, cerré los ojos por inercia.
Deslice mis manos por su cabello sedoso, su lengua me dominaba por mucho.
Se separo de mi, sentí como su calor me faltaba, se acerco a mi oído y susurro;
— Me perteneces... —. Lo mire de nuevo
Sus palabras me habían dejado helada, salimos de la iglesia y mi madre llegó a mi casi corriendo.
Él se aparto de mi, pero no me quitaba el ojo de encima, él reía con lo que al parecer eran sus amigos.
Mi madre me abrazaba con fuerza, no pude contener más las lágrimas y deje que salieran a flote.
Se despegó de mi cuerpo, me sonrió con tristeza.
— Una novia tan hermosa como tú no debe de llorar, arruinaras el maquillaje hija mía —. Limpio mis lágrimas con sus pulgares
Sonreí ante su comentario, me sentía tan confundida.
— Espero que él te haga feliz y no te arrepientas de casarte con la persona que amas —. Sus palabras me cayeron como un balde de agua fría
Solo me dedique a sonreír no tenía otra opción.
ESTÁS LEYENDO
ME PERTENECES (+21)
RomanceTERMINADA... - Tú naciste para mi, tu cuerpo, tus besos, tus caricias y tu amor me pertenecen -. Susurro cerca de mi oído Trague saliva, su cuerpo aprisionaba al mió con fuerza... Su obsesión se me estaba saliendo de control. - Tú sabes que no te...