CAPITULO 12✓

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Escuche que tocaban la ventana del baño.

Levante la mirada y me tope con un hermoso pajarito, sonreí con tristeza, limpie mis lágrimas con mis manos.

Y con pasos delicados me levante, me acerque a la ventana, pero al verme el pajarito voló, mire como se iba.

Frunci el ceño confundida al ver que no había guardaespaldas custodiando la casa y las entradas.

Me aleje un poco de la ventana y me di cuenta de que podía salir por ahí.

Escuche como Sebastián toco la puerta desesperadamente.

— ¡Abre la maldita puerta Mónica! —. Grito sin parar de golpear la puerta con fuerza

Mis labios temblaron con miedo, tome una toalla y la enrolle en una de mis manos.

Con fuerza golpeé la ventana, el vidrio se rompió cayendo al suelo, limpie todo los restos y salte por ella.

Observe la ventana y como entraba Sebastián, se recargo mirándome furioso.

— ¡Tú jamás podrás escapar de mi! —. Corrí

La arena hundía a mis pies, miraba para atrás y veía como él me seguía.

— ¡Vuelve aquí Mónica! —. Grito

Seguí y seguí corriendo, hasta que llegue a una pequeña cueva y me metí.

Me escabullí por unas enormes rocas, todo era pura obscuridad.

Escuche como entro, sus pisadas se escuchaban muy cerca de mi.

Me di la vuelta y observe un poco de luz al fondo.

Con pasos sigilosos camine a esa luz, sonreí al darme cuenta de que era una salida.

Sentí unas manos tomándome por detrás.

— ¡No, suéltame! —. Grite pataleando

— ¡Jamás, eres mía! —. Susurro cerca de mi oído

Con fuerza mordí su mano provocando que me soltara y así pudiera escapar.

— ¡Ahh! —. Grito con fuerza

Salí de la cueva corriendo, a lo lejos mire un poco de árboles y arbustos.

Mire hacía atrás, él venía muy lejos de mi, me escabullí escondiéndome detrás de unos arbustos.

Mire mis pies, dolían demasiado y tenían demasiada sangre.

Tape mi boca con mis manos al ver la planta de ellos y ver que dentro tenía suciedad y hojas secas.

Mis lágrimas salieron y con mucho dolor trate de limpiarlos.

Mordí mis labios callando mis gemidos de dolor.

Quite lo que me quedaba de blusa y la enrolle en mis pies con cuidado de no lastimarme.

— ¡Mónica! —. Escuche la voz de Sebastián a mis espaldas

Me di la vuelta y de su mano brotaba demasiada sangre, su mirada era furiosa y no dejaba de buscarme con la mirada.

Tape mi nariz y boca para que no pudiera escucharme.

— ¡Quiero que vengan y la busquen por cada maldito rincón del maldito planeta, no quiero que escape! —. Escuche que llamaba por teléfono con alguien

Mis nervios aumentaron al darme cuenta de que sería más difícil escapar de él.

Observe una piedra junto a mi, con cuidado de no hacer ruido la tome y la lance para que él se distrajera.

Él movió la cabeza mirando a el lugar donde se había escuchado el ruido.

Corrió hacía ese lugar, me levante y me metí más al fondo de la selva.

Mire para atrás para ver si me seguía, pero sin darme cuenta tropecé y caí resbalando por un pequeño camino.

Mi cabeza choco con el piso y lo ultimo que pude ver fue una enorme mansión.

ME PERTENECES (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora