CAPITULO 10✓

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El camino era silencioso, ninguno de los articulaba palabra, él conducía, mientras yo miraba por la ventanilla.

La luna estaba en su mayor punto, sonreí con tristeza, como me gustaría ser libre como ella.

Sentí como se detuvo el auto, mire a mi alrededor, el sonido de las olas era muy fuerte, él se bajo del auto y me abrió la puerta.

Salí y sentí como el aire choco fuertemente con mi rostro, lo mire, él no despegaba su mirada de mi rostro.

Me cargo y yo solo me pude aferrar a su cuello con fuerza, sentí como sus dedos rozaron con mis piernas desnudas.

Y de nuevo me invadió esa corriente eléctrica.

— Cierra los ojos —. Me bajo y me tapó los ojos con sus manos

Sentía como mis zapatos se hundían a cada paso que daba, sus manos se alejaron de mis ojos y pude abrirlos.

Me sorprendí al ver que era una hermosa casa en la playa, me tomo de la mano y entramos.

Sonreía al ver lo hermosa y acogedora que era, todo parecía ser de madera, era pequeña pero muy cómoda.

Entramos a la cocina y después me guió escaleras arriba, abrió una puerta y se hizo aún lado dejándome pasar.

Era una habitación con una pequeña ventana, el baño, el armario, pero trague saliva al ver la cama.

Lo mire y retrocedí unos cuantos pasos.

— ¿Donde dormire yo? —. Pregunte esperanzada a que me dijera que en otro lugar

Él sonrió con gracia y con sus cejas señalo la cama.

— Aquí, conmigo —. Se fue acercando poco a poco

Yo seguía retrocediendo, hasta que mi espalda choco con la pared, trague saliva al ver su rostro tan cerca de el mío.

Me tomo con fuerza de las muñecas, y las puso aún lado de mi cabeza.

— Es nuestra luna de miel, y de ahora en adelante dormirás conmigo —. Lamió mi mentón, mi manos temblaron aún lado de mi cabeza

— No —. Negué repetidas veces con la cabeza

— Tú sabías que esto pasaría Mónica, algún día tendrías que ser mi esposa y ser toda mía —. Aseguro

— Además tu aceptas ser mía, y tenemos que tener relaciones sexuales —. Sonrió con picardía, mis labios temblaron, mi pulso se aceleró

— ¡No, tú eres un maldito enfermo! —. Grite casi al borde de las lágrimas

— Tu madre depende de ti, de que yo siga pagando todos sus medicamentos —. Lo mire con terror y rabia a la vez

Baje la mirada, sentí como él empezó a dejar besos húmedos por todo mi cuello.

Soltó mis manos y deje que él me hiciera suya.

Deslizó mi vestido por mi cuerpo, tocando con sus manos cada parte de mi cuerpo, acaricio a mi pechos, yo no lo miraba.

— Mírame —. Ordeno, lo mire directamente a los ojos

— Quiero que a él único que veas sea a mi, y nadie más que a mi —. Tomo mi rostro entre sus manos

Sus labios rozaron con los míos, me beso con ternura y delicadeza, por primera vez sentía que me besaba con amor.

Me cargo y me dejo con delicadeza en la cama, se despego de mi boca y comenzó a besar todo mi cuerpo con amor.

Se deshizo de su ropa, cerré los ojos al ver lo enorme que era su pene.

— Abrelos pequeña —. Susurro cerca de mi oído

Los abrí lentamente, lo mire arriba de mi cuerpo, me volvió a besar con dulzura.

Mis manos se posicionaron en su cuello, me aferraba a el, sentí como su pene rozo con mi entrada.

— Dolerá un poco al principio, pero después todo ese dolor lo convertiré en placer y deseo —. Y entró con delicadeza

Sentí como algo se rompió dentro de mi, era un dolor insoportable.

— ¿Estas bien? —. Pregunto preocupado

Asentí con la cabeza, unas cuantas lágrimas salieron de mis ojos.

Sentí como las beso, comenzó a moverse con delicadeza.

Me seguía doliendo, pero a cada embestía que daba el dolor disminuía.

Inmóvil bajo su peso, siento como su pene duró y rígido busca con desesperación refugio en mi interior.

Siento como mis paredes vaginales se aferran a el como imanes.

Y cuando comienza una serie de rápidas embestías, y siento su mirada ardiente quemar mi ser.

— Mirame pequeña —. Abrí los ojos

Entierro mis uñas en su espalda y arqueo la espalda sintiendo como llego al orgasmo.

— ¡Ahh! —. Gemimos los dos al mismo tiempo

Siento como saca su pene de mi vagina, mi respiración es agitada al igual que la de él.

Me mira y con delicadeza me abraza, cierro los ojos cayendo en un profundo sueño.

ME PERTENECES (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora