CAPITULO 14

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Abrí los ojos de golpe al sentir como olfateaban mi cuello.

Me levante de la cama y observe aun chico que estaba sentado a mi lado.

Tenia unos ojos cafés como el chocolate, un cuerpo bien ejercitado, un cabello negro.

Vestía de traje negro como la noche.

— ¿Quien eres tu? —. Pregunte alejándome cada vez de la cama

— No pensé que mi padre me conseguiría a una esposa tan bella como tu —. Sonrió

Sus palabras me cayeron como un balde de agua fría.

— ¿De que me estas hablando? —. Pregunte alterada

— De que seras mi esposa —. Se levantó de la cama y camino lentamente hacia mi

— Tranquila no te haré daño —. Trato de tocarme pero me aleje mas

— Ni te atrevas —. Amenacé

Sonrió con satisfacción, mostrándome todos sus limpios y blancos dientes.

— Me gusta que seas así —. Se acercó a pasos veloces hasta mi

Me tomo de las manos y las puso una a cada lado de mi cabeza.

Aprisionó su cuerpo contra el mío, dejándome sin escapatoria.

— ¡Sueltame! —. Grite

— Aunque grites nadie podrá escucharte —. Susurro cerca de mi boca

— ¿Que es lo que quieres de mi? —. Pregunte mirándolo a los ojos

— Todo... —. Susurro en mi oído

Sus palabras me dejaron helada, trate de salir de su agarre.

Pero fue inútil entre mas peleaba con el mas me lastimaba.

— Te casaras conmigo, te haré mía noche tras noche, te enamoraras de mi —. Lamió mis labios

— ¡Eso, jamas! —. Gire mi cabeza evitándolo

— Además yo ya estoy casada —. Sentí como el agarre de sus manos disminuyo

— ¿De que estas hablando? —. Me soltó y lo único que pude hacer fue caminar a la cama

— Yo estoy casada con Sebastian De La Garza —. Asegure

— ¡Mientes! —. Me tomo fuertemente de los hombros

— Preguntale a tu padre —. Sonreí

Escuchamos como se abrió la puerta, entró Arturo.

Nos miro confundido, el me soltó y se dirigió con su padre.

— ¿Por que no me dijiste que ella estaba casada con Sebastian? —. Lo tomo con fuerza de la camisa

— ¡Si te lo decía jamas irías por el amor de tu vida! —. Frunci el ceño confundida

— ¿De que están hablando? —. Me acerque a ellos con pasos lentos

— ¿Aun no te dice? —. Arturo me miro

— ¡Dile Líam! ¡Dile el por que esta aquí! —. Grito separándose de el

El me miro con tristeza, quiso acercarme pero retrocedí.

— ¿Decirme que? —. Relamí mis labios nerviosa

— Sebastian es mi mejor amigo —. Agachó la mirada

Sus palabras me desconcertaron, mire a los dos hombres frente a mi.

— Yo te conozco desde hace meses, y sabia que tu madre estaba muy enferma y cuando supe que te subastarías fui el hombre mas feliz del mundo —. Sonrió con tristeza

— Pero cuando me entere de que Sebastian se había adelantado y te había escondido lo odie con toda mi alma —. Sus palabras eran amargas

— Pero cuando mi padre te encontró y te trajo hasta mi supe que por fin serias mía, pero no sabía que ya te habías casada con el imbécil ese —. Mire el piso

Tratando de entender toda la información obtenida.

— ¿Como es que me conoces desde hace meses? —. Pregunte alzando la mirada

— Te ví en la calle, tu mirada de ángel, tu sonrisa tierna, pero una mirada triste muy en el fondo —. Se acerco a pasos lentos

— Jure que algún día te tendría —. Sin previo aviso me abrazo

Sus brazos rodearon mi espalda, aferrándose a ella.

Su nariz se enterró en mi cabello, yo no correspondí.

— Tu eres mía y no dejare que nadie te aparte de mi lado —. Beso mi cabeza

ME PERTENECES (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora