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definitivamente lee tenía una fuerza en sus embestidas que dejaban a hwang rogando por más. pero debían desayunar y apesar de pasárselas comiéndose entre ellos, al parecer no era suficiente.
pero seguían en las duchas, con felix literalmente obligando a hwang a mantener silencio pues en el baño las paredes hacían eco y era fácil de escuchar afuera de este. la lengua de felix hacía un gran trabajo y hyunjin boqueaba por aire, necesitando de felix. cuando el mayor introdujo dos dedos de golpe, hwang emitió un chillido que fue tan agudo que podía fácilmente ser comparado con sollozos de un gatito bebé. felix había chupado aquellos dedos y hwang tenía ultramente prohibido; mover las caderas, hacer sonido cualquiera o el solo apretar sus piernas ante las intromisiones y alrededor de los dos minutos que llevaban hwang había perdido la cuenta de todas las veces que desobedeció. pero no era su culpa, felix tenía una lengua y dedos tan ágiles que lo estaban llevando al paraíso mismo. se encontraba en tal límite que su mente pudo pensar "si en algún momento me siento en la necesidad de querer olvidar a jeongin, felix sería mi mejor opción".
¡carajo que se sentía mal por jeonginnie! pero no era culpa suya el que el hermano de jeongin lo tenga prácticamente de rodillas y no sólo para rezarle por lo bueno que estaba, si no también para chuparle aquella polla que solo la noche anterior tuvo la puta suerte de probar.
era la peor persona, pero si felix era un error, hyunjin lo cometería una y otra vez, un sinfín de veces porque él más que nadie se conoce y sabe que felix era su nueva dosis.
ahora más que nada, lo que más le preocupaba en ese instante, era tener a felix finalmente dentro. arremetiendo tan pero tan profundo que ni él pueda recordar su nombre y el único que sepa al pie de la letra sea solo "felix".
a la mierda, ya no era virgen.
— ¡mierda, felix, por favor!
— ¿qué dijiste? —felix abrió sus dos dedos de golpe dentro de él, estirando con brusquedad la pequeña extradita de su bebé.
— q-que.. a-ham.. —cerró sus ojitos, realmente lo necesitaba y estaba a nada de correrse. quería correrse pero una vez que felix le diga que ya estaba a nada de correrse también. si se corría solo, no había gracia alguna. — fe.. felix, por favor..
el cuello de hwang fue brutalmente apretado por felix, otros se asustarían en su lugar pero vamos, era un maldito masoquista. aquello no hizo más que hacerlo pegar su trasero con la enorme polla de su amante.
— por fa..vor, lo deseo.. —gimió apenas, felix apretó su manzana de adán y hwang se retorció bajo sus toques.
— tendrás lo que deseas, solo si de esto no le hablas a nadie y en estas situaciones me respetas.
