︿،، Uɴᴏ¡!

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Uno

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Uno

Uno

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TicTacTic TacTic Tac

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Tic
Tac
Tic
Tac
Tic
Tac

El constante sonido del reloj. El sonido del paso del tiempo, tiempo que rije nuestra vida. Todo se rije por el tiempo y el tiempo rije todo.

Tic
Tac
Tic
Tac
Tic
Tac

Unos cuantos rulos oscuros destacaban sobre las sábanas blancas de aquella cama. La habitación sumida en oscuridad se encontraba en silencio, un silencio únicamente roto por los suaves ronquidos de los residentes de aquella habitación.

En la cama reposaba cómodamente una joven pareja, disfrutando del sueño junto al otro. Sus respiraciones conectadas, sus cabezas juntas, tan juntas como el brazo del mayor sobre la tersa piel del otro.

—¿Rich?—habló suavemente el ojiblanco al sentir la mano de su pareja jugar con sus sedoso rulos

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—¿Rich?—habló suavemente el ojiblanco al sentir la mano de su pareja jugar con sus sedoso rulos.
—¿Si cariño?—contestó el de piel oscura.
—¿Porqué estas jugando con mi pelo?—preguntó el menor.
—¿No te gusta?— contestó ligeramente confundido el contrario—si te molesta puedo parar.
El de rulos rió.
—No es eso—comentó—es solo que no lo haces seguido.
—¿Eso quiere decir que te gusta que te de caricias Farfa?
—¡No es eso!—el menor argumentó rápidamente—como te encanta fastidiarme.
—Aún así me amas—contraatacó el pelicastaño.
—Calla—dijo el contrario levantándose de la cama—dale, parate de la cama que tienes un server que atender.
—¿No podemos quedarnos en la cama un poco más?—comentó cansado el mayor.
—No—habló el ojiblanco.
—Por favor—rogó su pareja— cinco minutos más
Un suspiro se escapó de los labios del menor
—Solo cinco minutos más.
El de piel oscura dejó salir una sonrisa. Había ganado, ahora su pareja reposaría en sus brazos.

—Ya fueron más de cinco minutos—habló el de rulos—dale parate.
—No—contestó el Wither skeleton—no quiero.
—Dios, Rich eres un niño—suspiro el farfano

¿Iba a usar la técnica? La respuesta era sí

—Rich—dijo el ojiblanco
—¿Sí?—contestó el mayor.
Un dulce beso, el menor había juntado sus labios en un dulce beso, lleno de amor pero corto. Lo suficientemente corto como para lanzarle su capa al contrario antes de que este pudiera reaccionar.
—Anda levántate ya.

—Anda levántate ya

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¿Cómo pasó esto?

—¡Prometo que volveré!—fueron las últimas palabras del Wither Skeleton antes de desaparecer.

Tan solo se desvanecieron con el aire, sin saber a dónde iban. No sabían quienes habían quedado ni quieres se habían ido.

—Tan solo ruego que cumplas tu promesa

—Tan solo ruego que cumplas tu promesa

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✓ 𝐂𝐀𝐑𝐓𝐀𝐒 | FARFARICH Donde viven las historias. Descúbrelo ahora