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Los rayos del sol golpearon su rostro, haciéndolo despertar de su sueño, el cual no había sido muy agradable.
Se levanto un poco de la cama, para recordar donde estaba. Se encontró con un cuarto grande y lujoso. Al voltear a la derecha, divisó algunos cuerpos de hombres ya sin vida, su sangre manchaba las paredes.

Sonrío ante la escena.

Su atención se desvío de esto por los ruidos a su derecha, donde había un hombre completamente desnudo, que estaba amarrado con unas esposas a la cama, con una expresión "hermosa" (según el) de terror.

-Buen día~...- saludo como si nada.

Ya recordaba. La noche anterior había asaltado una gran casa de un millonario cualquiera y había asesinado a todos menos al dueño, al que había sedado. Lo llevo a su gran habitación y ahí tuvo sexo con el sin descanso, torturandolo en el camino.

El hombre solo se removía con miedo, para evitar que le tocara, lo cual hacia su sonrisa mas grande.

-No voy a hacerte mas daño, aun te necesito vivo- comento mientras se subia al hombre, quedando con su trasero sobre su miembro, y sus rostros demasiado cerca. Ambos estaban desnudos en su totalidad.

Para aumentar un poco mas la diversión, retiro la mordaza de su boca, no sin antes amenazarlo.

-Maldito...no has robado nada, ¿que mierda quieres entonces?- inquirió el mayor, mirando con rabia contenida al muchacho frente a el.

-Nada que te importe. Ahora, esto es lo que harás, los shinobis de Konoha vendrán a rescatarte y tu dirás que no sabes nada de mi, ni siquiera mi aspecto, por que si me entero que lo has echo, volveremos a jugar tu y yo- sentenció el chico.

-¿Quien eres, maldito monstruo?- interrogo el hombre.

-Que idiota, creí que preguntarías algo mas inteligente- se burlo el chico, para después ponerse de pie, sin contestar aun a la pregunta.

Camino al gran armario del hombre y busco un conjunto que le pudiera quedar, pues su ropa había quedado llena de sangre y aunque le gustaba mucho no quería llevarla así y que se dieran cuenta de quien era.

-Eres un monstruo, ni siquiera se como puedes dormir tan tranquilamemte- hablo el mayor, mirando como el chico se cambiaba.

El solo se vestía en silencio, con una gran sonrisa implantada en sus labios. Una vez termino, se acerco de nuevo al mayor y le dio un beso en la frente a modo de despedida.

Procedió a salir de la mansión, su trabajo ya estaba hecho y quería ver si los shinobis de konoha serían tan efectivos como en los rumores.

Fuera del lugar lo esperaban dos muchachos, una vez juntos los tres comenzaron a avanzar a través de las solitarias calles del pequeño pueblo, repleto en su totalidad de cadáveres.

°°°

Horas después. Sai ya se encontraba en el lugar de los hechos, buscando alguna pista entre los cadáveres de los pueblerinos.

-Señor, hay un sobreviviente- aviso uno de los policías, corriendo hacia el.

El pelinegro no dijo nada y se dirigió a la mansión.

Cuando entraron se encontraron con que ahí también había ocurrido una masacre, todos estaban muertos, todos excepto el gran líder y dueño de toda la fortuna del lugar. Se le hacia extraño todo, así que envío a alguien a revisar las cuentas bancarias del hombre y se sorprendió mas al enterarse de que no habían robado un solo centavo de la riqueza.

Con esta pista y el hombre con ellos. Ordeno regresar de inmediato a Konoha.

°°°

-¿Un ataque?- cuestiono Naruto Uzumaki, mirando a su amigo pelinegro.

RenegadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora