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JHON:

Admiraba Madrid y su belleza, el olor, la calidez que desprendía. Era muy diferente a Londres. Decidí comprarme un helado y me senté en una fuente mirando a la gente que pasaba, y ellos me miraban raro, ya que comía un helado y hacía demasiado frío, pero esta temperatura no era nada.
Mis planes se fueron de las manos, quería encontrar a Laura a la hija de mi segunda madre y no daba pistas de vida, no sabía como seguir. Después, mi mejor amigo, hermano, golpeado por un imbécil. Y luego, estaba ella, Helena a quién no me quitaba de la cabeza y amiga del imbécil. A veces siento que tube que venir a Madrid, por algún motivo concreto, no solo por encontrar a Laura.
Mientras me levantaba a tirar las sobras del helado, un olor femenino me llegó, un olor conocido.
Me di la vuelta, y atrás de la fuente se encontraba Helena con las manos tapando su hermoso rostro. Algo me quebró dentro de mi, estaba mal. Decidí sentarme a su lado. Le aparte las manos de su húmedo rostro y sus brillantes ojos estaban rojos.
-¿Por qué lloras Helena?-
Ella me miro profundamente con una mirada fija me dijo.
-¿Por qué te encuentro en todas partes? ¿Me éstas siguiendo?-
Yo me reí,pero ella seguía fría y dolida.
-Claro, soy adivino, donde éstas en cada momento-
Ella sonrió y giro sus ojos. Yo acaricié su mejilla con la mano. -Ves, esa es la sonrisa que quería ver. Con ella haces que las estrellas se mueran de celos-
Volvió a mirarme fijamente, penetrando sus ojos en , haciéndome pequeño.
-¿Te funciona eso con todas?- No pude evitarme reír.
-De vez en cuándo sí- Ella me hizo una mueca y miró al suelo.
-Pues no me vas a llevar a la cama, no soy como las típicas tías que se dejan engañar-
Esto era increíble, se notaba a kilómetros que no era como las otras, y eso, era una de las cosas que me gustaban de ella.
- que no eres como las demás, por eso estoy sentado aquí, preocupandome por saber que te pasa y cual es la razón de tus lágrimas. Si fueras como las demás, si no me importaras , no estaría aquí sentado, eso tenlo claro- Ella sonrió.
-Entonces, ¿Te importo?- Esa era la pregunta más sincera que me habían hecho jamás.
-Claro que . ¿Y si me cuentas que te pasa dando una vuelta?-
Ella suspiró. -Vale-.

ALGÚN DÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora