HELENA:
Abrí los ojos, y miré por la ventana el calor del sol me alumbraba.
-Buenos días mundo- dije en voz alta y estaba sola en mi habitación.
Me levanté para ir a la cocina, para hacer el desayuno. Pero, mi madre ya estaba en pie y haciendo mis amadas tortitas. ¿Qué pasa aquí?. Me pellizqué. ¿Un sueño?
-Buenos días cariño- me dijo mi madre aún con la voz ronca del despertar. Seguramente no habría dormido mucho, como era natural. -Feliz cumpleaños reina-
Yo Sonreí.
-Es verdad, gracias mamá- Se me había olvidado completamente.
Después de desayunar las estupendas tortitas que ya hechaba de menos. Me vestí. Al acabarme de peinar alguien toco a mi puerta y mi madre fue a abrir.
Estaba en el aseo cuándo una voz conocida abrió la puerta, menos mal que ya había acabado.
-Feliz cumple Helena- Me dijo Laura dándome un abrazo. --Esto es para tí- Extendió su mano con una bolsa. La cogí.
-No hacia falta- Le dije.
La abrí, y mis ojos casi salieron de mi cara de la impresión que me dio el regalo. Un móvil de última generación y el vestido que me enamoró en la tienda.
-¡Madremía! ¡Gracias, te quiero!- Le di un abrazo de los que casi le rompen la espalda.
-Pontelo porque vamos a comer para celebrarlo, a un buen restaurante, invita David- Me dijo. Yo agache la cabeza, observando la bolsa, ví su mano y un anillo precioso en su dedo corazón.
-¿Y eso?- Le pregunté. Ella se puso a reír.
-Quería que fuera una sorpresa, ayer David me pidió que me casará con él-
A mi se me puso seca la boca. Y trague saliva. ¿Le decía que había visto a David besándose con una pelirroja?. Se formó un silencio, algo incómodo.
-¿Ocurre algo?- Volvió a preguntarme.
-No- Sonreí falsamente y fui a cambiarme. No quería hacerla daño. Después de cambiarme y Laura de maquillarme. Fuimos al gran restaurante.
Llamado 'águila'.

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ALGÚN DÍA
Romansa¿Crees en el destino? Porque esta historia te hará creer en él. Una chica llamada Helena, que vive en Madrid y a sus 18 años tiene que trabajar de camarera para sobrevivir y darle de comer a su madre, la que fue abandonada por su padre. Una vida inj...