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JHON:

Ya teníamos un nombre. Laura, la hija de Sandra se llamaba Laura. Un nombre español, como era de esperar. Además, supuestamente residía aquí en Madrid, estaba en el lugar adecuado.
Mi euforia se notaba. Ya tenía un nombre y un lugar. Ahora solo tocaba buscar en el lugar apropiado. ¿Pero dónde?.
-A ver, según lo que pone en internet un lugar de aquí en el que los jóvenes van mucho es el 'bronce club', es una especie de discoteca- Me dijo Tom guardándose el móvil en el bolsillo derecho de su pantalón.
-De acuerdo, vamos esta noche y preguntamos. Laura Del Ramo Rodríguez.-
-Y además, ligamos con las increíbles españolas- Dijo Tom entre risas, yo reí. Pero, no me quitaba de la cabeza la chica del cristal, es decir, la de la plaza. Ni a ella, ni a sus ojos verdes.
Noté algo que me vibraba en el bolsillo del pantalón, saqué el móvil, era mi padre. No quise cogerlo, así que le colgué.

Tom miró atrás para ver si seguía detrás suya, había tanta gente, tanto joven en el local llamado 'Bronce club' que era antinatural. Chicas bailando con copas en las manos, subidas a pedestales, chicos con copas en las manos, algunos muy borrachos y otros a punto de estarlo. La música era perfecta y las luces eléctricas.
Tom se acercó a mi oído, y gritando me dijo -Esto está genial, Jhon-
-Sí- Miré hacia la barra -Pero tenemos que buscar a Laura, ve a preguntar voy yo a la barra-
Él asintió.
Me apoye en la barra, y pedí un ron con cola. El camarero me dijo:
-Nunca te he visto por aquí, chaval-
-Ya, busco a una persona. Se llama Laura, Laura Del Ramo Rodríguez. ¿Te suena?-
El camarero negó con la cabeza. Una voz femenina detrás mía me dijo
-Ojala fuera yo la Laura que buscas-
Me di la vuelta, y una castaña despampanante me miraba fijamente.
Yo rodé los ojos y Sonreí
-¿Y como te llamas?- Le pregunté.
-Verónica-
-Vaya, que sorpresa, a una Verónica también la ando buscando-
Ella se río. Estuvimos media hora hablando y coqueteando, estaba en la palma de mi mano, como era habitual. Pero, me di la vuelta y a la chica del cristal salir por la puerta trasera del local.
-Disculpa- Le dije y salí. La dejé con la palabra en la boca. Se había quedado con ganas de más.

ALGÚN DÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora