Parte 2

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 Cuando estuvieron en frente se empezaron a oír gritos provenientes de dentro y al rato salió una sirvienta llorando con una bandeja en la mano, la bruja no pareció darle mucha importancia y cuando entró, la sirvienta cerró de un portazo, dejando solos a la bruja y al príncipe. 

La bruja decidió usar su astucia para comprobar qué tan malo era el príncipe y así le preguntó:-Querido príncipe ¿Qué os hizo esa pobre sirvienta para que la gritarais? 

A lo que contestó- En este maldito palacio no hay sirviente que no tire taza de café al suelo, que no limpie el polvo de una manera digna, y lo que es peor aún no hay nadie que me trate con el respeto que me merezco.

-Y ¿Por qué crees vos majestad que necesitas ser tratado de esa manera? -contestó la bruja.

-Está usted insinuando, una desconocida que ha entrado a mí habitación sin mi permiso, que no es necesario que me traten con el respeto que merezco. -contestó el príncipe echando humo por las orejas. 

-Y ¿Por qué crees vos majestad que necesitas ser tratado de esa manera? – volvió a preguntar la bruja.

- Porque yo soy lo más de lo más; soy el más hermoso, poseo las mejores tierras, el mejor reino... y aun así insinúa usted que no me deben tratar con el respeto que merezco. - le escupió el príncipe a la bruja.

-Y no creéis que estáis siendo demasiado exagerado, príncipe.

-Exagerado, ¿yo?, eso jamás. – dijo el príncipe. – Además quién te crees tú, vieja desgraciada, para contestarme y decirme que soy exagerado. 

La princesa y el dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora