Somos Venom

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Sentado en un banco en Central Park, las gafas de aviador puestas y la gorra de Watchmen que Ve había insistido que compraran en una gasolinera, Eddie miraba a su alrededor disfrutando del momento. Morir era una buena forma de poner las cosas en perspectiva. Todo había sido un montaje, pero ver la foto de su supuesto cadáver en algunos de los medios más sensacionalistas había sido extraño cuanto menos. La idea de no hacer nada le pesaba en el estómago. Un hombre había aparecido medio carbonizado y con el rostro desfigurado pero Eddie prefería no pensar de dónde había sacado Melissa a su doble. Lo único que importaba era que por fin eran libres.

–Quizá podríamos comprar una moto nueva –comentó levantándose del banco, las manos en los bolsillos de su cazadora–, seguir la ruta 66, ver Yellowstone o el Gran Cañón.

"Quieres seguir huyendo" Ve susurró dentro de su cabeza, sus filamentos azabache abrazándolo debajo de la ropa.

–¡No! –exclamó–. No, es sólo que hay tanto que podríamos ver. El mundo tiene lugares maravillosos y

"Huir no te va a salvar de ti mismo." Ve lo interrumpió, sus tentáculos enroscándose en sus brazos. "Da igual cuanto corramos, la sombra de Carl va a seguir ahí. No seremos libres".

–¿Ahora eres psicólogo? –Eddie rebufó molesto–. No es tan fácil, Ve.

"¡Ni siquiera vas a intentarlo! Intentaste suicidarte. SUI-CI-DAR-TE" la voz retumbó en su cabeza como los truenos en una tormenta violenta. "Recordamos el sabor de tus emociones ese día."

–Eh, Ve –Eddie murmuró, necesitando abrazar a su simbionte–, no voy a hacer ninguna tontería. No va a pasar nada, no

"Pero es que nunca desaparece. El regusto sigue ahí." Ve lo envolvió por completo, dejando sólo su rostro al descubierto.

Eddie se detuvo en medio del camino de tierra que rodeaba el lago. Ve estaba asustado. Su simbionte estaba realmente asustado. Respiró hondo intentando encontrar el sabor de su ansiedad. Era extraño poder notarlo en su paladar.

–D-dan –Eddie tartamudeó. Habían sido tantos años de negar que tenía un problema, que no se atrevía a decirlo en voz alta–. Después del ataque de pánico... Dan pensaba que quizá necesitaba ayuda. Hay gente

"Un psicólogo, Eddie" Ve ronroneó, erizandole todo el vello del cuerpo. "No estarás sólo. Nunca estás solo"

–Somos Venom. –Eddie sonió, acariciando la piel negra bajo su vientre.

"Y si va mal, siempre podemos comérnoslo. Los cerebros ayudan con tu depresión"

Eddie no pudo evitar reír a carcajada limpia sin importarle la gente a su alrededor.

MALA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora