Juego de Seducción - Kaeluc

I

El pelinegro se encontraba tomando té en una mesa apartada de una cafetería pequeña, había escogido ese lugar para poder meterse en su papel, viéndose como un cliente que no querría que su plan fuera descubierto y sobresaliendo más bien poco para el resto.

Miró hacia la ventana por décima vez en los últimos 20 minutos, tratando de mantenerse tranquilo, ahora estando sobrio el plan le parecía más bien estúpido, pero sentía que tenía que cumplir con su parte, se lo había prometido a Childe y él era un hombre de palabra.

Habían acordado en decirles a los investigadores que necesitaban investigar al otro a profundidad, conocerlo y por sobre todo conocer su pasado por cuestiones que ellos no podían revelar (obviando el hecho de que durante ese periodo de planeación no lograron imaginar ninguna razón totalmente legal o coherente para hacerlo), así que todo lo que podían hacer era cruzar los dedos esperando a que funcionara.

Miró su reloj dándose cuenta de que el otro llevaba 5 minutos de retraso y suspiró, podría jurar que el otro se veía como alguien puntual, pero sus pensamientos fueron interrumpidos al escuchar que alguien se sentaba en la mesa.

-lo siento, tuve un "pequeño" incidente -dijo el pelirrojo disculpándose y sentándose en la mesa, se veía un poco molesto.

-está bien, no hay problema -respondió con una sonrisa que tenía una mezcla de nerviosismo e irritación.

- ¿cuál es el trabajo?

El pelinegro bebió un sorbo de té antes de hablar, tratando de mantenerse calmado.

-necesito que investigues a este hombre -dijo y le entregó una carpeta con fotos e información básica, mostrando a un moreno con un llamativo cabello azul.

-está bien -dijo he hizo una pausa para mirar las fotos, abriendo sus ojos con sorpresa- ¿te molesta si te preguntó para que necesitas averiguar sobre este hombre?

Lo observó con toda la calma que pudo sacar de su ser antes de responder, aunque cada vez se estaba poniendo más nervioso.

-me temo que no estoy autorizado para revelar esa información en este momento -respondió tratando de evadir la pregunta de la mejor manera posible.

"Childe, te juro que si salgo de esta haré que dejes de consumir tanto alcohol e internet" pensó.

-bien, no voy a cuestionar eso, por ahora, pero al menos se dónde empezar.

- ¿en serio? -respondió con sorpresa, arrepintiéndose de haberlo demostrado- bueno, no dudo que hagas un buen trabajo, contáctame ante cualquier cosa y encontrémonos aquí la próxima vez, solo que, siendo puntuales, gracias por tu ayuda ehmm....

-me llamo Diluc.

-ah, sí claro, gracias Diluc, pero ahora tengo que irme, quedé en ver a un colega.

Tenía que largarse rápido y darle su señal a Childe, unos 5 minutos más con ese hombre y el plan se iría a la mierda, así que se levantó y se fue, no sin antes dejar dinero más que suficiente sobre la mesa para pagar la cuenta, algo que casi olvida durante su huida.

El pelirrojo pensó que tal vez era solo un tipo con un trabajo común, queriendo acosar al moreno por amor u obsesión, pero por más que odiara ese tipo de trabajos, no podía negarse, no cuando no sabía la verdad ni mucho menos cuando necesitaba el dinero.

Lo que el pelinegro había logrado averiguar sobre Diluc no iba mucho más allá de su faceta visible, cosa que mostraba a todo el mundo sin excepción, y nadie conocía realmente sus ambiciones.

Este tenía una vida prácticamente planeada, desde su existencia hasta su futuro, y eso era algo que él no podía tolerar, odiaba la idea de tener que seguir un plan que él no había decidido, odiaba tener que ser el hijo único que era visto únicamente como una pieza más de los negocios de su padre, y odiaba tener la certeza de que en algún momento tendría que casarse con una mujer con la que mantenga una relación que no es para nada real, es por eso que su trabajo como investigador era el único escape que podía tener de la realidad.