little steps back

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Abrió la puerta lentamente por miedo a no saber qué había detrás, no sabía si Dongyul o Renjun estarían ahí descansando y no quería despertarlos, así que prefirió ser cuidadoso al entrar, sin embargo y honestamente jamás pensó encontrar aquel escenario.

Renjun estaba en el suelo, a los pies de la gran cama mientras su cabeza estaba apoyada en ella, su respiración era lenta y sus ojos estaban cerrados haciéndole saber que se había quedado dormido, luego estaban los dos menores en su cama, abrazados, mientras dormían profundamente.

Los escenarios que hacia en su cabeza todas las noches antes de dormir no eran así, obvio estaban Dongyul y Renjun, acostados en su cama y él llegaba de trabajar, un trabajo bueno y honesto, estaría cansado pero luego de verlos ahí sabría que valían la pena todos sus esfuerzos, entonces se recostaría al lado de ellos, Dongyul en el medio mientras dejaba un beso en los labios de Renjun y una caricia en la cabeza del menor. Luego se dormiría feliz porque ellos estaban bien y a salvo, como debía ser siempre.

Pero ellos siempre habían sido los únicos en la historia.

Ahora había algo importante en la historia. El hijo de otro hombre que el solo pensar en eso, pensar en que estaba ahí en su cama junto a su familia lo llenaba de cólera, o al menos de eso quería convencerse, no quería aceptar que era un lindo escenario, porque eso era y lo reconocía muy, muy en el fondo. Sacudió la cabeza para alejar los pensamientos y la confusa conversación que tenían su yo con su lobo, uno por una parte quería unirse a lo que se desarrollaba frente a él y el otro solo decía que obedeciera sus tradiciones e hiciera al intruso a un lado para que su familia volviera a ser la de antes.

Soltó un suspiro y camino lentamente hacia donde estaba Renjun, se agachó frente a el para observarlo en silencio.
Lo había extrañado tanto. Honestamente aún no se había tomado el tiempo correcto de apreciarlo con detenimiento. Si. Jeno sabía que Renjun estaba ahí, demonios, estaba en la habitación que habían compartido mil veces de todas las formas posibles, pero aún no era algo que procesaba.

Él estaba ahí.

Después de cuatro largos y tortuosos llenos de sufrimiento, frustración, enojo... Estaba ahí, frente a él, en su casa, apoyado en su cama.
Renjun no había cambiado mucho, bueno si consideraban que fuese posible el se había vuelto más hermoso de lo que recordaba, incluso cuando pensó más de una vez que aquello era imposible. Sus labios seguían siendo delgados y el tono rosado seguia ahí, su cabello sedoso y bien cuidado, sus manos delicadas se veían suaves debajo de su mejilla...

-Papi...

Apartó la mirada del omega cuando escuchó una pequeña voz que provenía de la cama. Miro al pequeño niño pasar su mano por sus ojos intentando despertarse, y luego, cuando apartó esta simplemente hizo un puchero al verlo.

-¿Qué?-pregunto sin dejar de mirarlo.

-Mi papi...-soltó con voz quebrada.

Jeno hizo una mueca. No le gustaba para nada aquel tono ni esa expresión de sufrimiento en su rostro.

De alguna forma le hacia recordar algo que lo hacía enojar por lo frustrado que se sintió en aquellos días. Un Dongyul de tres años que se la pasaba llorando día y noche por Renjun, el recuerdo le trajo un sabor amargo y si mal no recordaba aquel niño también tenía tres años.
Lo enojaban sus palabras, él como llamaba a Renjun le hacía revivir los recuerdos de todos esos días en los que Dongyul llamó a Renjun sin recibir una sola respuesta.

Dongyul no había tenido a Renjun cuando lo llamaba, pero ese niño si lo hacía. Si quería podria dejar de mirarlo, levantarse y tocar su hombro y él probablemente haría todo por el.

in the end; you are mine [noren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora