in the end; you are mine [noren]

part two; second event

"Y cuando amanece ella desaparece llena de lágrimas sin entender nada."

El segundo suceso fue incluso más. Más peligroso, más horrible, más caótico.

Porque la vida de Renjun parecía querer regresar a lo que era cuando tenía catorce años y se presentó como Omega.

Renjun recuerda las cosas que le vinieron encima y de hecho, puede considerar que aquello fue lo más importante que sucedió para que su vida se volviera un total desastre. Parecía ser que la Luna había contado su secreto sin importarle lo que sucedería más adelante.

Y el por supuesto recordaba aquel día.

Renjun le había sonreído a su hijo con pesar, sus manos temblando mientras intentaba que su sonrisa brillara más que las lágrimas acumuladas en sus ojos. Era más que obvio que estaba llorando, su corazón estaba roto, estaba asustado y nervioso en aquel momento, lamentablemente Dongyul era un niño muy curioso y mas si contaban lo cerca que había estado él por estar atándole los cordones.

-¿Papi está bien?-susurró el cachetón niño pinchando su mejilla.

Renjun soltó una risita tomando una respiración.

-Claro que si, bebé.-susurró ahora acomodando su cabello mientras lo miraba.

Intentaba no mirarlo a los ojos porque sabía que todo dolería más, porque sabía, aún si iba a luchar porque las cosas fueran diferentes, el sabía cómo iban a terminar. La puerta se abrió y no fue necesario que Renjun girase a mirar para saber quién era.

Conocía su olor más que a sí mismo.

-Ve a saludar a papá, ¿si?

Dongyul se rió asintiendo, bajo de la silla y corrió rápidamente hacia el alfa en la puerta. No habían pasado ni dos semanas y ya todo lo que había planeado se había ido a la mierda, ellos lo habían atrapado y no tenia mas opción, aunque se quisiera convencer no tenia nada más que hacer.
A pesar de que mínimas cosas buenas vinieron con ellos, por una semana pudo dormir en las noches y abrazar a su hijo sin miedo, podía almorzar sin el ruido de bombas y sin la molesta presencia de mil hombres rondando por el lugar de forma amenazante.

Sin embargo, extrañaba tanto al Alfa parado en la puerta y las cosas que habían pasado solo le demostraba que estar lejos de el representaban peligro de estar solo como un Omega.

Escuchó unos pasos y limpio las lágrimas de sus ojos antes de acercarse a los otros.

-Hola.

Jeno no lo miraba aquel día, igual como en los anteriores. Jeno había estado reacio a el en las dos semanas que había estado visitando a Dongyul todos los días sin falta, pero cuando escuchó su voz no pudo evitarlo, Renjun bajo la mirada y llevó sus manos a sus bolsillos pero aún así sabía que el Alfa tenía conocimiento de que estaba llorando.

-¿Qué sucede? ¿Te hicieron algo? ¿Hay algún problema?-se acercó a el de inmediato.

Renjun negó de rápidamente llevando una de sus manos a su cuello.

-Yo... Tengo que hablar contigo.

Jeno asintió lentamente aún mirándolo con detenimiento.

-Claro. Vayamos por un helado, ¿Quieres, Dongyul?-pregunto sonriéndole al pequeño antes de tomar la mano de Renjun y hacerlo salir de su actual departamento.

Llegaron a la heladería que solían recurrir, era muy bonita, iban cuando Jeno no estaba muy ocupado peleando con licántropos por un gran pedazo de tierra en Seúl.
Renjun de verdad quería disfrutar de estar con su hijo y Jeno en el lindo lugar, sin embargo, las cosas que tenía que decirle al Alfa no lo dejaban estar en paz, en ese momento miraba a todos lados con miedo porque sabía que ellos llegarían en cualquier momento.