jazmin and chocolate

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Renjun debía estar enfermo, no había mejor forma de explicar el porqué se sentía débil, como cada extremidad de su cuerpo parecía doler más con cada segundo que pasaba. La señora Min le había dicho que comiera algo pero el solo quería saber donde estaba Dongyul, honestamente reconocía que estaba mal, Jian no estaba pero al menos había gente buscándolo mientras Dongyul estaba aquí, solo y confundido del porque lo querían mantener encerrado.

No era fácil, su pequeño debía estar experimentando un sin número de emociones ahora que sabía que era su hijo, y que luego de pensar toda la vida que era el y nadie más en realidad tenía un hermano menor, estaba actuando mal al solo concentrarse en sufrir e ignorar los sentimientos de su hijo mayor, el solo era un pequeño y confundido niño que probablemente solo necesitaba un abrazo y Renjun se lo estaba negando al quedarse pensando en algo que ahora mismo no podía solucionar. Tomando una respiración ajustó la manta sobre sus hombros y se puso de pie para subir las escaleras hacia la habitación del menor, suponía que había subido luego de que le dieran algo de comer.

Dios, era patético, ¿no? El debió rogar por prepararle algo a su hijo, hacerlo sentir bien... Sacudió la cabeza ignorando esos pensamientos, ahora mismo lo único que podía hacer era lo correcto, miró a los alfas frente a él que intentaron comenzar a seguirlo.

-No, por favor...

-Joven Huang...

-Solo iré arriba con mi hijo. Por favor.

Juraba que no extrañaba esto, y honestamente en el pasado ni siquiera era algo tan frecuente pero con los últimos acontecimientos todos estaban paranoicos.
Uno de los los Alfas suspiro antes de alejarse un paso y dejarlo subir las escaleras, con suerte si podía llegar a hablar con Dongyul se aseguraría de que el menor no supiera nada de lo que estaba sucediendo, conversaría de las cosas que le gustaban, como si interés por el dibujo, o podría prepararle algo realmente delicioso porque no había mejor forma de llegar al corazón de un Lee que por el estómago.

Llegó a la habitación del menor y tocó la puerta.

-¿Dongyul?-nada, pero no estaba sorprendido.-¿Gyul?-toco nuevamente apoyándose en la misma, soltó un suspiro.-Dongyul, ¿puedes abrirme por favor? Quiero hablar contigo.-todo continuó en silencio, estuvo apunto de abrir la puerta cuando esta fue abierta, sus manos detrás de su espalda mientras lo miraba.

-¿Si?

Renjun le ofreció una pequeña sonrisa.

-¿Puedo pasar?

El menor suspiro haciéndose a un lado para que se adentrara en su habitación, sonrió pensando en lo cálido que se sentía, casi rió diferenciando el contraste porque cuando entraba a la guardería de Jian siempre olía más a chocolate que a Jazmín pero en el caso de Dongyul era al revés, el jazmín rodeaba toda la habitación y solo Renjun era capaz de percibir ese ligero olor a chocolate que inundaba el lugar, era extraño para no decir improbable que los lobos al ser pequeños tuvieran dos olores, usualmente todos tienen un olor neutro, agradable pero nada que los caracterizara, por eso todos alababan a Dongyul, pensando que el tener un olor desde antes de su presentación significaban cosas buenas, como que sería Alfa y en el mejor de los casos un Alfa puro, sin embargo había un hecho y era que sus hijos tenían dos olores, dos, no uno pero solo el podía percibirlos y aún no se explicaba el porque.

Miró a su alrededor y su corazón se comprimió al ver un pequeño dibujo pegado en la pared titulado "mi familia" pero solo estaban el, Jeno y Dongwook, esperaba que pronto Dongyul los empezara a ver como una familia también.

-¿Como estás?-susurró luego de apartar su vista del dibujo.

Dongyul estaba mirando hacia el mismo lugar antes de mirarlo.

in the end; you are mine [noren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora