Siendo poseedores de increíbles habilidades, la guardia real del reino Alnilam, compuesta de 9 guerreros zynuk, buscará expandir su poder a petición del rey Boswell.
El reino Alnitak busca el equilibrio en la alianza, por lo que envían a Sage para f...
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SAGE
—Perfecto, es de tu talla.
Observé mi silueta en el espejo frente a mí. El traje que me habían dado era de piel totalmente negra y las mangas de la chaqueta llegaban hasta mis muñecas, pero no era incómodo, el pantalón incluso tenía varias cintas de donde podía sujetar mis cuchillos.
No estaba mal.
Sexy.
—Este traje te permitirá movilidad durante tus misiones. Para entrenar usarás otro —continúo la diseñadora a la vez que me tendía un traje similar al que llevaba puesto, pero con detalles verdes.
***
Mantengo mi cabeza en alto cuando Bennedict nos hace detenernos frente a la puerta del salón del trono, lo miro y no luce nervioso, supongo que ser el consejero del Rey tiene sus ventajas.
Las puertas se abren y camino firme hacia el centro de la habitación, mis ojos sobre Boswell. No ha cambiado casi nada desde la última vez que lo ví. Cabello negro a la altura de los hombros, barba larga con nuevas hebras grises, la misma pose de desdén hacia lo que lo rodea.
Como si no necesitara ayuda para levantarse de su trono.
Maldito.
—Es un honor tenerte aquí, Sage —mencionó con una sonrisa cínica en el rostro, no se la devolví pero asentí—. Acércate.
Caminé hacia él y comencé a notar a los chicos parados en los alrededores, todos con un uniforme igual al mio, su presencia siendo discreta pero letal. Tres a mi izquierda, dos a mi derecha y tres detrás de Boswell.
La guardia real.
—Tomarás el lugar de —Boswell hizo una pausa, dudando. Percibí la tensión que se formó en la sala— es una lástima lo que pasó —la zynuk rubia a mi derecha hizo una expresión con lo que identifiqué como ¿odio?
Interesante.
—Está conmigo —una voz exigió con tono demandante mientras su portador daba un paso hacia adelante, su vista fija en Boswell.
Y entonces lo ví.
Tenía el cabello castaño claro cayéndole en chinos desordenados sobre su frente, sumándole puntos a su increíble atractivo. Sus gruesas cejas enmarcando sus ojos claros con una perfecta combinación de tonos café, miel y amarillo oscuro. Sus rosados labios en una línea inexpresiva por lo tenso que mantenía su rostro, marcando aún más su mandíbula.
Y a su lado estaba ella. Con unos ojos tan impresionantes como los de él, pero el amarillo siendo más notable. Su cabello lacio comenzaba castaño en la raíz, tornándose rubio mientras se alargaba. Sus cejas perfectas creando un contraste con sus gruesos labios de un tono anaranjado. Su fino rostro mostrándose tan serio como el de todos los demás presentes.