Amor a profundidades [katsudeku]

• Capitulo 3. ¿Tritón? •

Los meses pasaron rápidamente, izuku y katsuki pasaban todas las horas del día juntos, el mayor siempre cargaba por todas partes a la pequeña jugando entre las algas o alguna que otra ocasión se divertían escapando del feroz monstruo, puesto que katsuki le dio a su madre, donde mitsuki se llevaba a la bebe y el menor de la familia bakugou debía rescatarla.

pero su hora favorita de la peli-verde era cuando su hora de dormir llegaba, kacchan la tomaba entre sus brazos y se sentaba con ella en una roca de la habitación, comenzaba a mecerla suavemente mientras relataba alguna historia que lograse inventarse en esos momentos, bakugou sabia que su Deku no duraba mas allá de medio cuento así que siempre relataba historias bonitas para que lograse dormir bien.

Cuando la nena por fin cerraba sus ojitos para dormitar el cenizo la depositaba tiernamente en su cuna y la observaba dormir por algunos minutos, sus sospechas cada vez se hacían más notorias, deku no era igual a las demás sirenas de su edad.

- descuida - sonrió - yo me quedaré a tu lado siempre, no dejaré que nadie te lastimé -llevo una de sus manos hasta el moflete de la bebe y la acaricio gentilmente - te lo prometo - era un promesa y todos conocían como el gran bakugou katsuki nunca mentía con ello .

3 años pasaron donde izuku seguía sin demostrar cambio alguno de su genética, al contrario, cada vez se parecía menos a una sirena, eso le preocupo a inko asi que rápidamente fue a sacar una cita para que un tritón doctor checase a su hija.

- Hola Deku - saludo el pequeño katsuki de 7 años, acababa de llegar al hogar de la pequeña pecosa, sabia de antemano a donde llevarían a su alga andante y quería darle apoyo ya que su madre no lo dejaría ir.

- ¡Kacchan! - gritó alegremente izuku, sus ojitos esmeraldas brillaban aun mas ante la gran presencia de su kacchan, aquel tritón con el que pasaba los momentos mas divertidos.

katsuki sonrió mientras se acercaba aun mas hasta la sirena, estaba nervioso, sabia muy bien lo que le dirían a su tía, vaya que si, y lo que menos quería era que dañaran aquella bonita sonrisa que alegraba sus mañanas el solo verla, quería cuidarla.