Capítulo 17

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Narra Alessandra.

La alarma de mi teléfono no para de sonar llevará así varios minutos y no se apaga. Estiró mi mano hasta llegar a la mesita de noche donde se encuentra mi móvil, lo agarró y aún con los ojos entrecerrados y sin ver prácticamente nada, apago la alarma. Que no se ni porque a sonado seguro que ayer se me olvidó quitarla, ya que hoy es sábado y no trabajo.

Me quedo mirando a un rincón de la habitación en lo que me voy despertando, me levanto de la cama y voy directa al cuarto de baño.

Me doy una ducha para despejarme y despertarme un poco más mientras escucho música. Luego voy a vestirme.

Mientras me estoy terminando de subir la cremallera del pantalón, mi teléfono empieza a sonar y yo rápidamente cogo la llamada.

- ¿ Si? - pregunto sin haber visto de quien era la llamada.

- Ciao cugino, sono io Anne { hola prima, soy yo Anne}. Escucho a mi prima Anne y me sorprendo ya que desde el día de mi cumpleaños no nos vemos, pero si que hemos estado en contacto todo el tiempo.

- Ciao Anne, come va? {hola Anne, ¿ qué tal todo?

- Tutto perffetto, vedi ho qualcosa da dirti { todo perfecto, verás tengo algo que decirte}

- Certo, dimmi.

- Sono a Madrid, per problemi di la oro, protremmo incontracti? { Estoy en Madrid, por temas de trabajo ¿ podríamos vernos?

- Ovviamente se Anne, dove sei? { Por supuesto que si Anne ¿ donde estás?

- Vicino alla Gran Vía.

- Perffetto, per ora vado subito, ciao Anne. { Perfecto, ahora mismo voy para ya, adiós Anne}

Cuelgo la llamada y me pongo a dar saltos de alegría por todo el salón.

- ¿ Y esos saltos? - me pregunta Anais.

- Pues ha venido mi prima Anne. ¿ Quieres venir a conocerla?

- Ay por supuesto que si, espera que me cambie.

Anais sube rápidamente a su habitación a quitarse el pijama y a ponerse otra ropa, mientras yo voy hablando con mi prima a través de mensajes.

- Pues ya nos podemos ir.

Salimos de casa y andamos hasta la Gran Vía que está a veintitres minutos, y aunque es algo de tiempo preferimos ir andando ya que en la Gan Vía no podemos ni aparcar y así damos un paseo más tranquilamente.

Veintitres minutos más tarde llegamos a la Gran Vía, y entre la multidud de gente que pasea a estas horas por estas calles, consigo verla con una mochila y una pequeña maleta.

Le hago una seña a Anais para que me siga, y así no perdernos entre la multitud.

- Anne - le digo y ella se gira, y en cuanto me ve nos fundimos en un fuerte abrazo.

- Estas bellísima prima.

- Tu también Anne, mira te presento a Anais mi compañera de piso y mi amiga.

Las dos se saludan con dos besos y un abrazo. Decidimos ir a desayunar a Starbucks.

Llegamos y nos sentamos a una mesa, me quedo pensado y claro yo no se cuanto tiempo va a estar aquí mi prima y ya que ella no conoce Madrid, no se donde se va a quedar a dormir.

- Oye Anne ¿ dónde te quedas a dormir?

- mm, no lo sé.

- Pero Anne - le regaño parece mentira que tenga veintisiete años. - Anne eso se organiza antes.

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