Capítulo 22.

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Narra Alessandra.

Hoy es cuando nos vamos a Dubai, no miento si digo que estoy algo ansiosa por ver las preciosas vistas de Dubai.

Estoy en la cama dormida abrazada a Marcos hasta que oigo como se levanta con mucho cuidado para no despertarme. Me quita la mano que tenía en su pecho y la pone en la almohada con mucha delicadeza. Aunque Marcos ha tratado de no despertarme, me ha despertado.

- mm ¿Qué hora es mi vida?

- Son las tres y cuarto. Duérmete un ratito más.

- Vale.

Marcos sale de la habitación y se va a preparar algunas cosas. Mientras yo me quedo dormida pero no mucho tiempo ya que me tengo que ir levantado porque el avión sale a las cinco de la madrugada.

Mientras me levanto y me estiró un poco la puerta se abre y en mi campo de visión aparece corriendo Chloe.

- Hola, hola pequeña - digo acariciandole la cabecita.

- Pero bueno ya se me ha adelantado - dice Marcos apareciendo con una bandeja.

- Alguien creo que tiene hambre. - Digo viendo como Chloe saca la lengua al ver el desayuno que ha preparado Marcos.

- Pues la pequeña también va a comer.

A nuestra perrita Chloe, la tratamos como si fuese nuestra hija, estamos muy intensos con ella. No me quiero ni imaginar el día que sea madre.

Marcos saca los cuencos de Chloe y le echa el pienso y el agua, mientras ella come Marcos y yo comemos nuestro desayuno en la cama cosa que nunca solemos hacer pero por un día no pasa nada.

- Esta riquísimo.

- Que te esperabas, si soy todo un chef.

- Disculpame ofendido. - Digo y le saco la lengua.

Comemos nuestro desayuno muy tranquilamente y cuando terminamos lo llevamos todo abajo a la cocina, después volvemos a subir hasta la habitación a cambiarnos de ropa para el vuelo y a terminar de hacer las maletas que solo le faltan muy pocas cosas por meter.

Como estamos en pleno verano y hace mucho calor, me pongo una camiseta de tirantas blanca y unos pantalones cortos vaqueros. En el pelo me hago una cola alta para así no pasar tanta calor ya que tengo mucho pelo.

Marcos se pone una bermudas azules y una camiseta de tirantas blancas.

Cuando acabamos de vestirnos cogemos todas las maletas y las metemos en el maletero montamos a nuestros perritos en el coche para llevarlos a casa de Anais porque ella es la que se ha ofrecido a quedarse con ellos durante estos días y no puedo estar más agradecida con ella.

Nos despedimos de los perritos, de Anais y de Mario Hermoso y ponernos rumbo al aeropuerto de Barajas.

Nada más llegar aparcamos el coche en el parking de abajo para cuando volvamos poder regresar a casa.

- Ven vamos - me dice Marcos cogiendo mi mano.

- Pero si por aquí no es.

- Si, es por aquí.

Voy al lado suya mirándolo un poco raro porque sé que por aquí no es pero si él lo dice, pues bueno le tendré que echar cuenta.

Llegamos hasta un avión no muy grande pero muy bonito.

- ¿Qué es esto?

- Un avión privado ¿Te gusta?

- mm si, ¿es para nosotros?

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