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🌹┇Conosci l'affare [Raulo/Carlinas]

Resumen:  — Pero siempre haces un espacio a tus clientes ¿No? — Carlo se regodea en sus propias palabras, por qué sabe y Raúl le ha dado el placer de estar seguro de eso.

Siempre hace tiempo.

Advertencias: pwp / Lemon /Smut sin trama de por medio. 

Conosci l'affare (Conoces el trato) 

Lo dijo en tono de broma frente a Fedor y el resto, cada que hablaban de los hermanos Gambino se centran en uno de ellos: Carlo Gambino.

Y es que a diferencia de su hermano el ansia de poder era mucho más viva en su mirada bicolor, y se notaba en su postura que aspiraba a más, mucho más.

Tampoco fue del todo broma lo de la tensión que siente cada que entra a su oficina.

Mucho menos el hecho de que no sabe si va a apuñalarlo o penetrarlo contra su escritorio.

Por qué pasó.

Y a veces le gustaría que fuese lo primero.

"Mentira..."

Raúl Salinas se remueve en su escritorio tratando de concentrarse en sus papeles, debe tramitar un divorcio con los cuáles tiene más experiencia de la que le gustaría. Pero simplemente no puede, hace unos minutos le llegó una llamada de su parte.

Desde su relación fallida con Sabrina, que apenas si entiende que eran exactamente, y la obvias intenciones de mierda que tiene Sara de espiarlo no ha tenido acción en un tiempo.

Tal vez por eso su mente trata de justificar lo fácil que le es entregarse a Carlo.

No es que la mezcla de miedo y placer le guste mucho más que hacerlo con sus anteriores prejas sexuales, incluso cuando lo hizo con drogas en el puto cuerpo o que la forma brusca pero extrañamente gentil con que lo trata le gusta demasiado.

Incluso ahora, solo esperando a que llegue está nervioso, no específico la razón, nunca lo hace y las cosas solo pasan.

Y él las deja pasar.

El timbre suena y siente como se le cae el estómago de los nervios. Se levanta de golpe, hoy no pidió a su secretaria para trabajar, corre hacia la puerta y al otro lado la figura de Carlo Gambino se ve más grande frente a sus ojos.

Su mirada bicolor se clava en sus sencillos ojos castaños y todo el cuerpo solo le tiembla en anticipación.

Sea lo que sea que hagan, ya es tarde.

—Abogado guarro.

Y Salinas frunce el ceño ¿No tiene nada mejor que decir?

—Vaya forma más mierda de saludar.

Se aparta de la puerta dejando que el otro entre y recorra sin descaro su oficina, su cuarto sucio y desordenado burlándose de las cosas que tiene, sigue escuchando más de aquellos insultos que ya acostumbra recibir de parte de sus clientes. Y los de Carlo no eran peores.

Llegó a tenerles cariño, de hecho.

— Compraste todo ¿No? —habla tan seguro como siempre, asume que hará todo lo que le diga.

Odia que tenga razón.

— Sí, no soy un niñito, están en el cajón ¿Entonces vienes a eso?

Raúl camina detrás de Carlo con una mano en el botón de su traje esperando una señal.

— No tengo otros asuntos y tu no pareces ocupado.

— Siempre tengo trabajo Carlo.

— Pero siempre haces un espacio a tus clientes ¿No? — Carlo se regodea en sus propias palabras, por qué sabe y Raúl le ha dado el placer de estar seguro de eso.