Capitulo 11

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Sus manos se deslizaron en las manos contrarias, sentía cosquillas en el estómago, no podía ocultar aquella felicidad que sentía en aquel momento, una sonrisa se escapó de sus labio junto con un pequeño sonrojo, que adornaba sus mejillas, su pareja acaricio su hermoso cabello crema, con una delicadeza llena de ternura y amor, beso sus mejillas sonrojadas dándole cariño, para después besar sus labios, lento y tranquilo.

Se despegó sonrió acarició la cara de su pareja, mirando aquellos ojos morados que le encantaban, revolvió aquel cabello negro, riendo los dos por las cosas que hacía el contrario, no eran la gran cosa pero era algo que los dos disfrutaban, sus manos encajaban a la perfección, como si hubieran sido hechas para el otro.

Como las hojas del viento se movían escuchando aquella melodía del ambiente, se quedaron sumergidos en la tranquilidad, en el silencio de sus cuerpos, él la noche tan oscura que los abrazaba, como unos niños mimados recibiendo cariño.

Se paró de su lugar, las hadas de su alrededor volaron alumbrando un poco la noche, la luna brilló para ellos, le extendió la mano a su pareja, este la tomó y lo tomó de la cintura, sin razón aparente empezó a danzar entre las notas del viento y el tintineo de las hadas, los dos se estaban riéndose de lo que hacían, a veces eran muy cursis, había formado un vínculo, que unía cada mínima parte de su ser.

Se abrazaron y aquella oscuridad cubrió todo, aquel hombre se desvaneció en sus brazos, lo llamo muchas veces desesperado, corrió por aquel lugar oscuro, su cabello ya no era crema era negro y en sus manos ya no descansaban las manos ajenas, sus ojos estaban llorando, su ser no se sentía cálido, tenía frío, unos brazos lo cubrieron regresándole aquella calidez, aunque en menor intensidad, pero estaba cómodo, miro atrás observando los ojos amarillos que ahora eran los que lo acompañaban.

Despertó llorando en los brazos de su pareja que sonreía viéndolo limpiando sus lágrimas, se ocultó en su pecho sollozando bajito, recibiendo mimitos en su cabello.

que estúpido sueño — dijo recibiendo una sonrisa de la parte de su pareja

otra vez Vegetta, ronda por tu mente tortuguita — le dijo besando su frente, — puedes contarme, aquí estoy — lo subió a su pecho, haciendo que se sentara en su regazo mirando su cara llena de lágrimas — eres un desastre

cállate — limpio sus lágrimas enojado — no hagas que me arrepienta de soñarte — se dio cuenta de lo que dijo cuando iba a retractarse miró la cara de su pareja y callo sonrojándose tapándose la cara — no pongas esa cara — Lo tiro a la cama y se puso encima de él, quitó las manos de su cara y lo besó desesperadamente, quitándole la respiración al otro — idiota

estoy tan feliz — dejó su cabeza en el pecho de Willy, este se sonrojo desviando la mirada hasta que escuchó su nombre — Willy — tenía una voz gruesa y profunda tomó la mano de Willy y la llevó a su cara mordiéndola, sacándole un poco de sangre, lamiendo la herida erizando la piel de su pareja — podemos hacerlo — Sus ojos brillaban, la cara de Willy se puso roja, asintió avergonzado, sintiendo la entrepierna de su pareja un poco erecta — que linda tortuguita tengo — lo besó recorriendo sus caderas con sus manos

Besó las manos ajenas con dulzura, recorrió un camino de caricias por todo su torso, con una de sus manos, agarró las manos ajenas quitándolas de la cara, mordió su mentón, mientras acariciaba levemente la entrepierna de su pareja, le gustaba ver todas las expresiones de su novio, como poco a poco se veía más vulnerable y avergonzado, lamió sus mejillas que estaban rojas, mientras escuchaba los suspiros de él sonar bajo, jugó con sus pezones, pasando sus garras lentamente.

Lo besó lentamente, queriendo más del otro, movió su mano más rápido, logrando un pegamos con un gemido ahogado de su pareja.

tenemos que bañarnos — le dijo Willy con una sonrisa — ahí podemos seguir — paso su manos por el bulto de su pareja que gruñó — te ayudare

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