Capitulo 3

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Guardó su pistola, en su ropa, al sentir pasos acercándose a aquella oficina, Luzu era la clase de persona que siempre estaba atenta a cada ruido que pasaba a su alrededor. Colocó su cuerpo en una posición menos amenazante y más provocativa, sus manos viajaron a los hombros de Vegetta, pasando por ellos y acercándose más, sus rostros quedaron muy juntos; le sonrió, Vegetta también a había escuchado los pasos y decidió seguir al alcalde, pasó sus manos por la cintura de este mismo, sus cuerpos quedaban muy juntos, con movimientos rápidos Luzu despeinó un poco a su compañero y antes que abrieran la puerta lo besó.

Vegetta — Alex había entrado a la habitación, encontrado aquella escena. Al oírlo los dos se separaron, Callo lo que decía, una sonrisa se poso en sus labios — interrumpo algo

no — Luzu seguí cerca de Vegetta — quieres continuar esto aquí o en mi casa — sus manos empezaron a jugar con el cabello de su compañero — por mi no hay problema — Alex veía la escena asombrado, de lo hermoso que podía ser Luzu en momentos.

Vegetta le hizo una señal a Alex que se saliera, Alex asintió saliendo del cuarto. Seguían en la misma posición, sonrió, por primera vez después de aquella clara amenaza, afianzó más el agarré, acercó a Luzu quedando prácticamente sentado en sus piernas. Se quedaron en aquella posición hasta que no escucharon más pasos, Vegetta movía su mano alrededor de las caderas de Luzu, su cabeza se acomodo cerca del cuello ajeno, empezó a bajar sus manos; Luzu solo se permanecía suspirando debido a la cercanía, aquellos suspiro llegaban al oído ajeno; con una de sus manos empezó a desabotonar el pecho contrario, Vegetta sabía lo que hacía, sabía donde tocar y cómo hacerlo. Cuando pensó que era suficiente, con movimientos lentos, sus manos empezaron a vagar por el cuerpo contrario, para llegar a la pistola.

tienes que hacer más que eso para que baje la guardia — le dijo Luzu sacándolo de su tarea — aunque debo de admitir que fue una experiencia agradable, no excelente pero agradable — Vegetta lo admitía eso lastimó su orgullo 

Besó al Alcalde, sin darle oportunidad a reaccionar, un beso lleno de todo la personalidad de Vegetta atrayente, jodidamente sexy, de esos que solo les compartía a dos personas, ahora lo estaba compartiendo con el autodenominado alcalde. Un beso francés, Luzu se sentía casi asfixiado, ahora sabe que la reputación de Vegetta es incluso más abrumadora de lo que la pintan, como demonios podía mover la lengua de esa forma.

Cuando se separaron, Luzu estaba muy agitado, su propio cuerpo estaba casi temblando, aún así su atención seguía en su arma; Vegetta prosiguió a repartir besos por el cuello del alcalde, el cual aún seguía reponiendose de aquel beso. 

El celular de Luzu sono, lo tomo entre su mano y lo contestó, en ese momento, Vegetta había mordido ligeramente su cuello, haciéndolo soltar un pequeño quejido.

¿Ocupado? — pudo escuchar la risa que se estaba aguantando al otro lado de la llamada 

¿Que quieres? — su voz sonó un poco temblorosa

escuchar tu voz — 

deja de joder, y habla de una puta vez — Vegetta seguía atendiendo al alcalde, quién en serio se estaba arrepintiendo de haber provocado al mercenario.

no estás solo — Luzu vió como Vegetta estaba escuchando aquello, le sonrió — te llamó cuando te desocupes — Luzu estaba apunto de colgar cuando escucho la voz de Auron — que bonita cara tienes ahorita — Luzu colgó y miró a la cámara que había en él despacho de Vegetta.

Agarró de su zapato un pequeño cuchillo y lo aventó a la única cámara que había en la oficina, Vegetta había escuchado aquella conversación aunque no daba con la voz de la llamada. Luzu apartó a Vegetta de su cuerpo un poco más, le sonrió y le dejó un beso corto en sus labios.

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