Capítulo 10: Ahogamiento.

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   Cada día es una tormenta nueva en mí ya no sé qué hacer para sentirme bien, solo me pesan los pensamientos que perturban mi mente, mis malditos demonios. Juro, por lo que más amo, que lo intento, e intento, pero nada, ya estoy cansado de que en mi vida sea todo lo mismo, una fastidiosa rutina llena de desesperación, incertidumbre, tristeza, igual, como todo tengo esos pequeños destellos de esperanza de que ya saldré de esto, de que todo va a salir bien.

   Por momentos tengo miedo de sobrecargar de más mi cabeza con interrogantes inciertos, sin sentido, ni remedio, para ser sincero no sé cuál es mi límite, o si tendré uno, mas no quiero saberlo, no quiero explotar, mi intención no es lastimarme más de lo que ya estoy, ¿aguantará mi cabeza tantas preguntas, problemas, inseguridades? Capaz ya estoy en el borde de la cornisa, pero las vendas de mis ojos no me la dejan ver y estoy a un solo paso de caer al abismo, a la nada. Solo necesito desatar el nudo que mantiene esa venda junto a mis ojos, no espero que sea un tercero, quiero hacerlo por mi propio mérito y sentir esa satisfacción de que yo lo logré. Sueno algo necio por no querer recibir ayuda, pero creo que puedo aguantar un poco más solo, ya cuando esté a centímetros de tocar fondo, agacharé mi cabeza y la recibiré, pero todavía no es el momento.

   Es loco todo lo que pasa en mi cabeza en unos pocos segundos, a veces creo que lo que esto viviendo no es real, no lo siento así, es decir ¿por qué un niño desconocido cambió bruscamente mi cabeza y vida? ¿por qué siento la necesidad de ayudarlo, si no me puedo ayudar a mí mismo? Clara ¿por qué una mujer tan maravillosa estaría al lado de alguien tan destruido como yo? ¿lo hace por pena o porque realmente lo siente? Ya no sé qué pensar, en realidad no quiero pensar.

   ¡Cállense de una buena vez por favor! Por favor, por favor, por favor... basta, ya no quiero escucharlos más, demonios de mierda, okupas de mi cabeza, me están volviendo loco, me estoy enfermando. No me alcanzan las manos para secar mi mar de lágrimas que rozan en mi cara, me estoy ahogando.

   Me frustra no sentir mis manos, ahogarme en mis propias lágrimas, asfixiarme entre cigarrillos, tener la boca seca, sedienta de un poco de serotonina, y sentir que mi corazón roto quiera escapar de mí. En definitiva, no me siento dueño de este cuerpo, de esta vida ¿Qué carajo hice para merecerme todo esto? El desprecio de mis padres y la partida de mi hermano, esta puta adicción. Cuando no estoy en mí, compro, aunque sea una petaca de algo, de lo más fuerte que tenga a la vista, hasta alcohol etílico he tomado, solo para poder llenar este vacío que siento en mi cuerpo. Pensé en mil maneras para suicidarme, de acortar mi agonía, pero soy demasiado cobarde como para hacerlo, o todavía siento que no es mi momento para hacerlo.

   Todos los días en A.A miento, diciendo que no consumo ningún tipo de bebida, pero ¿le estoy mintiendo a ellos o a mí? Casi que no tiene sentido hasta asistir si sigo así, pero me acostumbré a ahogarme en el estúpido alcohol. Algo que muchos lo hacen por puro y mero placer, yo lo hago por "necesidad".

   Ya no sé qué se siente estar limpio. Que mi cuerpo esté agradecido de no maltratarlo. Te necesito hermano, necesito que estés conmigo y me digas que todo va a estar bien, que solo tengo que esperar un poco más, siento que te decepcioné, y me imagino cuanto, si ya estoy decepcionado de mí mismo. 

Mi PesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora