Capitulo 1: Mi Flor de Loto.

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"Otro día más, otro infierno" dije despertándome. Me llamo Gabriel, tengo 18 años, y vivo con mis viejos. Yo tengo un problema, al igual que ellos, yo soy alcohólico, mis papás fueron mi influencia. Y la verdad no estoy orgulloso para nada.

Vivo perdido, la mayoría de las veces cuando me despierto, no sé en donde estoy, ni con quien estoy, siempre me dijeron que vivo en una nube de pedos, pero no creo, por lo que estoy pasando, que se llame así.

Repito, me siento perdido, perdido como Ulises entre las islas, y el alcohol, mi asesino, mi flor de loto, la cual me hace sentir como si estuviera todo bien, como si estuviera haciendo las cosas bien, pero en realidad no, las empeora.

Estoy cansado de que me tomen de pelotudo. La gente me ve como si fuera un monstruo, y al verme en esa botella de alcohol, media llena, ahí, en ese momento, me di cuenta de que realmente lo era. Ya estaba cansado de esa pesadilla en la que estaba viviendo, en la que estaba tratando de sobrevivir. Ya me canse.

Hoy decidí entrar a un centro de rehabilitación, en A.A (alcohólicos anónimos)estaba seguro de que quería cambiar, ya no quería vivir en esa "nube de pedos", ni ser el bicho raro que todos decían que era, que se burlaban en mi cara, no, ya no quiero, mi familia no me apoya, y no tengo amigos los cuales me puedan animar, y poder seguir adelante, no tengo a nadie, me tengo a mi mismo, entonces tengo que salir de esto solo, no tengo otra alternativa. Mi viejo siempre me dice que no sirvo para nada, que lo único que hago es estorbar, molestar, que soy inútil, pero realmente me cansé de la mierda de vida que tengo, ahora quiero ser diferente.

En el colectivo me encontré a un niño de aspecto de vida callejera, con la cara sucia y las manos arruinadas de tanto trabajar, y ahí me di cuenta de que ese niño necesitaba más ayuda que yo. Me atreví a hablarle, y ver por lo que estaba pasando para saber si hay alguna posibilidad de ayudarlo, porque la verdad se debe sentir precioso que te ayuden y no te desprecien, como me pasó a mi;

-Hola niñito!-le dije de la nada.

-Ah! Hola señor-me dijo demasiado confundido.

Al ver esos ojos verdes grandes, llenos de preguntas, y sus rulos, en los cuales se enredaban sus ganas de ser un niño común y corriente, que lo único que le importa es jugar con sus juguetes, ver dibujitos, la vida de cualquier niño, y la verdad yo también tuve esa mirada, porque yo no me crié como los otros niños, no era fácil con padres alcohólicos, y ver esa mirada en aquel niño, me hizo sentir algo que nunca sentí en mi vida.

-Como te llamas?

-Lucas, me llamo Lucas, y vos?

-Ah! Luquitas, yo me llamo Gabriel, pero me podes decir pepón.

-Pepón? Te mataron con el apodo che-me dijo riéndose.

-Y bueno, que se le va a hacer.

Ya faltaba una parada para bajarme, y entonces le pregunté:

-Vas a estar por acá mañana?

-Mañana? Que es mañana?

En ese momento me di cuenta de que él era un niño inocente, que estaba lleno de preguntas, el era muy curioso, y no le importa lo que pueda pasar al otro día, el no estaba consciente de eso, el vivía el hoy, por así decirlo, ¿no?.

Bajé, y comenzó mi día, de tratar de cambiar mi pesadilla por un sueño.

Entre a rehabilitación, y conté mi historia, "Hola soy Gabriel, tengo 18 años, y estoy involucrado en el alcohol desde que tengo memoria y bla, bla, bla...". La verdad estaba casado de contar mi historia mil veces y contar mis problemas, y todo eso, lo único que quería era poder superar mi situación, pero si seguía recordándome lo que hice mal, me pone peor, y me da ganas de beber un poco de alcohol. Al servirme vino en ese vaso, al ver mi reflejo, vi a Lucas, ese piojo tan dulce, me recordó que eso me iba a empeorar, y creo que yo puedo ser la única solución que tenga ese pequeño, pero la situación era más fuerte que yo, y ver esa imagen, la cual odiaba con toda mi vida, mis viejos, tirados, tomando, perdidos, parece como si no existiera para ellos, no era nada, era un error para ellos, y lo más doloroso fue escucharlo de ellos, me debilito, yo ya no quiero ser un estorbo, me duele, pero tengo que seguir ahí porque si no, no tengo donde ir, aguantar, eso es lo único que hago, aguantar.

Ya son las 2:30pm y alcohólicos anónimos empezaba a las 3:30, me quede dormido, por la influencia de mi vida, por la depresión que tengo, ya voy a salir de esto, lo sé.

Hoy no lo vi a mi piojito Lucas, no sé nada de él, ojala lo vea mañana, no, para, tengo que vivir el hoy, no puedo estar pensando todo el tiempo que voy a hacer en el futuro, o sea, ya se que lo tengo que hacer, pero desperdicio tiempo de mi vida por pensar en el mañana, porque sinceramente, existen dos días que no se pueden manipular de ninguna forma, y son; el ayer, y el mañana, tengo que tener mi mente en el hoy, voy a tratar de olvidarme lo que es mañana, porque hoy puede ser mi ultimo día vivo y lo estoy desaprovechando por pensar qué carajo va a pasar mañana.

Mi PesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora