Capitulo 7: La vida sigue.

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   Ya ha pasado mucho tiempo, meses, y sigo solo, sin nadie conmigo, toda mi familia no está, mis padres, ni abuelos, ni mi hermano... Pasan los días y cada vez me siento más roto, cada paso que hago es un pequeño pedazo de mí desprendiéndose, solo queda una fina capa de Gabriel.

   Por más mal que esté, no me voy a dar por vencido, demasiado hice para poder estar a esta instancia de mi vida. Voy a seguir aunque ya no quede casi nada de mí, con el tiempo reuniré mis piezas, pedazo por pedazo, pero no los viejos, seré completamente nuevo, con esas ganas de seguir que tenía antes... Sí, tenía, hasta eso pierdo, me voy perdiendo, ya no queda nada, solo un corazón hecho pedazos, que genera unos tenues latidos, los suficientes para seguir vivo. Tomaré el ejemplo de mí corazón, dar pequeños pasos para seguir, tarde o temprano llegaré a mi meta, salir de esta pesadilla y fluir.

   Tengo un cuerpo de 18, pero mi mente pesa como si fuese de 70. Cada vez más consumido, no me reconozco. Me veo en el espejo y solo veo una silueta, oscura, sin expresiones, ni emociones, nulo, es como ver una sombra. Mientras más tiempo estoy en este infierno, cada vez me vuelvo más demonio, lleno de odio hacia mí, y de la vida que me toco. No sé por qué elegí este camino, antes me salían las cosas bien, era positivo, y amaba todo lo que me rodeaba, ahora solo soy un estúpido vagando entre la soledad y la tristeza, volviéndome paranoico. Pero Gabriel, la vida sigue, hay que aprender a desencadenarse del pasado, combatir contra los demonios internos, todos los tenemos, debemos ser más fuertes que ellos, que no nos controlen. Dejar de temer a la vulnerabilidad que poseemos. Hacerte el fuerte, no significa que lo seas.

   Todos carecemos de algo, pero aun así los demás siguen, y no es solo compararme con otras personas, sino es buscar aquello que me motive y finalmente decir "bueno loco, hasta acá llegué con este sufrimiento, la vida sigue." Eso es lo que me mantiene de pie y con ganas de afrontar la vida.

   Este tiempo que pasé con la soledad, me re fortaleció, me hizo dar cuenta de que todos en la vida tienen un propósito, y cuando se cumple, y realizamos nuestro cometido, nos vamos, queda nuestra esencia, desaparece nuestro cuerpo, pero nuestro alma sigue intacto en este mundo. Conocemos otras dimensiones, otras historias, vemos las cosas más allá de lo que uno podía observar. Se pone en práctica nuestra empatía hacia la vida, reconocer lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto, todo pasa por algo, aunque a veces nos destruya, debemos permanecer atentos a lo que vendrá, y por todo lo que uno deberá vivir, guste o no, ese es el propósito de la vida.

   La vida pasa por nuestras manos como arena en un reloj, no modificar su paso, y tratar de hacerlo, hace que las cosas queden estancadas, sin solución, estando en lo mismo siempre, pero si uno logra entenderla y aprovecharla, se llegan a cosas extraordinarias, solo es cuestión de que saber apreciarla. Disfrutar cada grano de arena pasar. Porque uno nunca sabe cuándo va a ser nuestra última vuelta de reloj.

   Es hora de sentar cabeza, y tratar de entenderme, y también a mis demonios, porque pueden llegar a tener problemas como yo, volviéndolos lo que son. Si le doy la mano a la vida, también se la daré a ellos, porque fueron los impulsores de mi decisión, forman parte de mí, tengo que aprender a convivir con estos. Ya que me he convertido en uno. Me cortaron las alas, yo no pedí ser lo que soy.

Mi PesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora