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Francia, 2012.

—Oye —Doyoung le aventó una bolita de papel al príncipe perfecto y este lo miró con el ceño fruncido. —Me aburro, ¿Y si vamos por ahí?

—No, tengo tarea —respondió Johnny aún molesto dándole la espalda a Doyoung quién no entendía porque el príncipe estaba de mal humor desde que había llegado.

—¿Qué te sucede? —esta vez el tono del pelinegro reflejaba preocupación, no era sarcástico o divertido como acostumbraba. —John, responde... Oye, John... John, John, Jo-

—¡Doyoung cállate! —gritó ya harto el castaño arrojando su libreta al suelo. —Tu y yo tenemos que hablar porque ya no soporto todo esto, estoy harto de todo.

—No entiendo...

—Ese es el problema, nunca entiendes ni me entiendes porque eres un niño y siempre lo vas a ser, eres... Un príncipe mimado, y no entiendes como funciona la vida —genial, Johnny estaba explotando frente al niño. —Encontré a alguien de mi edad que me entiende a la perfección, sabe comprender que cosas me preocupan y no quiero seguir con esto, solo tienes dieciséis, eres un niño que quiere seguir jugando y yo tengo obligaciones.

—Yo también tengo obligaciones —respondió Doyoung con el ánimo por los suelos.

—Príncipe, nunca coincidimos, será mejor que no nos sigamos frecuentando —dijo ya más calmado Johnny para después salir de la habitación dejando a Doyoung con el corazón roto.

Johnny quería a otra persona.

Eso sonaba una y otra vez en la cabeza del pelinegro en forma de bucle hasta que las lágrimas comenzaron a salir involuntariamente, se había esforzando durante muchos años para demostrarle a Johnny que era una buena opción, pero el factor de la edad era algo que interfería gravemente entre ellos.

—Doyoung, ¿Por qué Johnny se está llendo en su helicóptero? —Jonghyun se quedó callado al ver a su hijo llorar e inmediatamente corrió para verificar que todo estuviera bien con él. —Bebé, ¿Te hizo algo? ¿Te tocó?

—No —Doyoung negó y entre la tristeza pudo darle una mirada de enojo a su padre por atreverse a imaginar que Johnny era ese tipo de persona. —Solo, el va a romper el compromiso...

—Gracias dios —murmuró Jonghyun viendo al cielo pero después se encontró con la mirada molesta de su hijo. —Es que debes de tratar de entender, Johnny te lleva cuatro años...

—¿Tu también? —Doyoung se levantó de su lugar sin dejar de llorar. —¿Sabes qué? Tu, Johnny y su estúpido compromiso pueden irse mucho al infierno, no quiero nada ya.

Cinderella ¡! JohnDoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora