Johnny mentiría si no dijera que en menos de media hora tuvo lista una reservación en uno de los restaurantes más caros del lugar, simplemente para complacer al pequeño príncipe.
Mientras uno de sus guardias se encargaba de buscar a Doyoung para pedirle que estuviera listo se dieron las 11:50 pm.
Y justo a las doce ya estaban en el lujoso restaurante, aunque con un pequeño detalle que hizo que Doyoung se sintiera fuera de lugar.
¡Nadie le dijo que tenía que vestir formal!
-Bueno, príncipe, se ve bien -habló Johnny tratando de no hacer que su acompañante se pusiera de mal humor.
Falló.
-Son las doce de la noche, tengo estos jeans rasgados, ¿Y aún sigo siendo un maldito príncipe para ti? -Doyoung lucía enojado por la actitud de Johnny, quién sin darle mucha importancia se sentó en una de las sillas.
-Tranquilo, pequeño príncipe, siéntese por favor -el castaño sirvió dos copas de vino, sus movimientos llenos de gracia y elegancia hicieron que Doyoung quisiera vomitar.
-No te estoy pidiendo tu estúpido vino tinto -rendido, el pelinegro se dejó caer en la silla del restaurante.-I mean, ¿Esto se supone que es una cita o algo así?
-Ajá -respondió el de ojos color miel con obviedad haciendo que Doyoung suspirara con frustración.
Quería que la tierra se lo tragara y lo escupiera en McDonald's.

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Cinderella ¡! JohnDo
De Todo"(...) Son las doce de la noche, tengo mis jeans rasgados pero aún así sigo siendo un maldito príncipe para ti." Dónde Doyoung quiere que Johnny deje de verlo como el príncipe heredero a la corona con quién tiene la obligación de casarse.