08.

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Francia, 2016.

No fue hasta media hora después que Doyoung se dió cuenta de la presencia de Johnny en el castillo, y ya no pudo estar tranquilo por el miedo de cruzarse con el.

—¿Ahora que tienes? —Chittaphon aprovechó la distracción de su mejor amigo para quitarle una cucharada de el postre que comía.

—John está aquí —se quejó. —estúpido inglés, ojalá se ahogue con el té.

—Cuanto odio —dijo en forma de burla el más bajito ganándose una mirada de odio de Doyoung. —Ya, si tanto te molesta yo te ayudo, ¿Quieres que le diga que somos novios o algo?

—¡Eso! Por eso te amo, siempre tienes idea buenas.

No pudieron seguir hablando porque la mirada de Doyoung se cruzó con la de Johnny entre tanta gente del salón, el pelinegro estaría mintiendo si no dijera que su corazón casi saltaba de su pecho al ver lo guapo que el príncipe Johnny estaba.

—Príncipe —dijo Johnny una vez que se acercó a ellos. —¿Puedo hablar con usted a solas?

—Vaya forma sutil de echarme, Suh —Chittaphon se fue del lugar abandonando a su mejor amigo en la guerra.

—¿Qué quieres John? —la mirada de Doyoung cambió por completo a una de odio.

—¿Por qué tan enojado? Solo venía a pedirte perdón, no debí de romper nuestro compromiso, no sabía que en verdad me gustabas hasta que dejaste de ir a mi palacio los fines de semana, te extrañé mucho, pero nunca me contestaste.

—¿Y que dijiste? El tonto de seguro me va a esperar hasta el día que decida regresar para ponerlo a mis pies de nuevo —Doyoung negó.

—No es así —Johnny rascó su nuca. —Aún me gustas.

—Pues a mi ya no, no desde que alguien decidió que era muy inmaduro como para comprenderlo —Doyoung se cruzó de brazos viendo directamente a Johnny. —¿Creíste que te iba a esperar toda una vida mientras tú te ibas tan tranquilo con otra persona? A ti no te dolió, pero no tienes ni idea de lo mucho que lloré por lo que me dijiste... No te quiero cerca de mí.

Doyoung desapareció entre la multitud de gente con un mal sabor de boca por haberle dicho todo eso a Johnny, claro que aún le gustaba y seguía a sus pies, pero su orgullo no le iba a permitir caer de nuevo para que lo fuera a cambiar por alguien mejor a los dos días.

Cinderella ¡! JohnDoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora