Él buscando y ella esperando.Él pasa frente a su casa y la tristeza lo apuñala. No quiere mirar, no quiere que ella sepa que los ojos le brillan.Tampoco se atreve a comprobar si los de ella se apagaron, le asusta eso. Ella indiferente y serena por fuera no mira, no siente, no sufre.Ya no lo besa con una sonrisa, pero lo llama con el corazón.
Llega el momento crítico, y pasa lo que no tenía que pasar: el orgullo la ataca: un rencor sin causa la llena.Las dudas, aquellas dudas tontas de las que solían reírse, ahora le susurran. Inmediatamente el alma se le llena de hierro, y la cabeza de tierra.Decide así voltearse.
Él, sin embargo, extraña el color de sus ojos, la forma de sus labios, la mirada fija y sin miedo.Se llena de valor y decide verle de frente, pero no está aquella linda cara; más bien su espalda, la que antes llenaba de besos.No sabe qué hacer, y sufre, y piensa, y duda, y se angustia.Él la mira pero ella no ve, la llama pero no escucha.
Ella mientras abre aplicaciones al azar en su teléfono, hace cosas incoherentes.Los nervios la dominan.Quiere mirar, pero no debe.Ella no sabe qué hacer, porque "el querer" la hace feliz pero "el deber" hace felices a todos, menos a ella.
Él, con el alma más rota que antes, decide mirar hacia adelante y seguir caminando aunque cada paso pese toneladas y el corto camino parezca kilómetros.Él tiene que seguir.
De repente algo lindo se apodera de ella y se atreve a mirar, pero no hay nadie en el sendero.La tarde cae y el camino está desierto.
-¿Ahora qué hago?
Se dicen los dos: Ella que sufre y el que se muere.
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La Metáfora De Los 7000 Millones
RandomTODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. Cualquier copia o adaptación de esta obra será denunciada. No te ofendas si descubres un pedazo de tu vida en este mundo de relatos breves. No te enfades con quién te regala un espejo si el reflejo te disgusta. Dale gr...
