"T.I.D"

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-¡Holaaa!¿Alguien me escucha?.Por favor, quien sea...-

Los gritos del chico atado a la silla desvanecen en la oscuridad de aquella habitación completamente oscura.

Se abre la puerta dejando pasar al horrendo ser.
-¿Cómo llevas la estancia mi amigo?-Pregunta sonriendo.-

-Por favor sácame de aquí. Dos minutos en este lugar son una eternidad.- Suplica aterrado.

-Jajaj.Qué tierno. No llevas dos segundos precisamente, pero tranquilo, es mejor que percibas el tiempo así, de forma errónea. Cuando es mucho es porque es malo, y parece eterno. Cuando es poco significa que fue usado; casi siempre en algo bueno, o necesario, o placentero. Bueno, solo vine a comprobar que todo estuviera bien.-

-¿Bien?.¿Cómo que bien?.¡Suéltame maldito loco!
¡Auxiliooo!-

-Shh, calla.Te agotarás más. No me gustan las mentes cansadas. Dime: ¿Quieres seguir viviendo?-

-!Claro que quiero!. Por tu bien, es mejor que no me libere....-

-mmm...Percibo amor por la vida. Mejor así. Delicioso diría yo...jajjaj-

-¿Por qué siempre preguntas eso?.¿Y si no lo hiciera?-
-Fácil. Moriríamos los dos. Estarías libre de mí, pero también de ti.-

-!Alguien que me ayudeee!.¿Hay alguien más aquí?.¡Ayudaaa!

El monstruo ríe y observa. Tras unos segundos de silencio intercede:

-¿Sabes?.Me das un poco de lástima. Quizá te libere cuando ya no quede nada de ti, en las últimas tres bocanadas de aire; simultáneamente con el más tardío aliento de una vida que no fue vivida por su propietario.-

-¿Quién eres?.¿Qué quieres?.¿Por qué me haces esto maldito monstruo?-Pregunta el joven llorando.

Él, todo sereno y fresco responde sin reserva alguna:

-No me digas monstruo niño bello. Yo soy tú, y tu eres yo. No te ofendas de esa manera. Y acostúmbrate por favor. De ahora en adelante te visitaré más seguido. Quién sabe y si te lo ganas puedo contarte cómo estuvo la más reciente cena familiar, recordarte la sensación de seguridad en cada abrazo de esa gran madre que tienes o el pelaje de la perrita con la que paseabas durante los atardeceres. -

-¿Te harás pasar por mí?. Ahora veo que estás completamente loco.-

-Jaja.¿Aún no te percatas donde estás?.Por los cielos, que ingenuo. Nadie notará la diferencia mi niño. Nadie sabrá que faltas, nadie verá tu ausencia, nadie sabrá que ahora soy yo y que tú ya no eres.-

-¿Por qué me haces esto?. Por favor, explícame...-Estalla en llanto otra vez.

-Ni yo sé. Supongo que adoré la mirada profunda, la sonrisa perfecta, la palabra precisa. Esa manera en que te aplauden, cómo te besa tu novia, cómo te alaba el espejo, los abrazos de tus amigos, el orgullo que provocas en otros, el amor que sacas de ellos.-

-Por favor devuélveme mi vida.-Implora el muchacho.

La expresión de terror en el inocente rostro desesperado, cautivo sin saberlo en su propia mente, era indescriptible.-

-No puedo campeón. Ya te dije... Me gusta tu vida y pienso vivirla. Perdóname de hecho.Ya tengo que irme. Tienes un premio, o bueno, tengo un premio que recibir y luego saldremos a cenar toda la familia con algunas amistades. Ahh debes enseñarme a pulir la sonrisa. Hay algo que aún no logro copiar. No sé,... un mínimo detalle. Igual me pasa con los ojos. De aquí a unos años tocamos el tema, si quieres-

El chico, rendido y sin esperanzas, deja de forcejear con las cuerdas que lo contienen. Cabizbajo y de respiración entrecortada pregunta:

-¿Tienes nombre? Almenos dime eso por favor.-

-No, no tengo niño bello. En tu última cita médica osaron llamarme Trastorno de Identidad Disociativo. ¡Qué burdos!. Pero no sabes nada de medicina, así que no te preocupes. Tú puedes llamarme Pesadilla.-









La Metáfora De Los 7000 MillonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora