Capítulo 22

23 5 0
                                    

Ese siempre fue mi peor error, del cuál me voy a arrepentir toda mi vida, nunca te olvidé, nunca más volví a sentir.

Alaia Scott.

Soporto el dolor día a día, porque esa será una cruz que siempre tendré que cargar por el resto de mi vida y yo tan solo quisiera que fuera un dolor físico, el peor que existiese, porque se que nada se podra comparar con este dolor emocional que siento.

Sé que puede sonar extremista pero es lo que siento, un ultimo pilar me sostenía y hoy tengo que tumbarlo yo misma y no porque no lo necesite ni lo quiera, sino porque tengo que hacerlo, es lo mejor para todos menos para mí, soy capaz de anteponer la felicidad de otros ante que la mía pero aveces me pregunto cuando será mi turno de ser feliz.

Aveces quisiera ser tan egoísta y escoger que se joda el mundo y ser feliz a costa de ello, pero por más que quiera hacerlo no puedo, se que si lo soy traerá muchas consecuencias y no seré capaz de vivir sabiendo que soy la culpable de la desgracia de otros.

Mi manos tiemblan, mi respiración es algo inútil, mi nariz está muy roja y mis ojos hinchados. La noche no hizo justicia para mí pues el sueño nunca llegó a mi cuerpo, la tristeza y la preocupación por hacer lo que tengo que hacer es algo que me calcomía en mi noche en vela.

Estoy sentada en la cafeteria del pueblo, ideando una excusas para lo que tengo que hacer mientras espero que Jacob llegue.

La campana que avisa que alguien a entrado suena, levanto mi vista hacia la puerta encontrándome con unos ojos azules como el mar que al chocar con mis ojos marrones se iluminan regalandome así una sonrisa que hace que una punzada choque en mi corazón.

—Bonita que alegria verte, estuve atormentando pensando que no vendrías— dice cuando se sienta en la mesa en la que me encuentro.

—Tengo algo que hablar contigo Jacob —murmuro mientras juego con mis manos algo nerviosa.

—Yo tambien Alaia, pero antes quiero darte algo.

—Jacob no es necesa...

—Tonterias— me interrumpe— De verdad... necesitaba dártelo.

Iba a negarme pero casi me ahogo con mi propia saliva cuando de su chaqueta saca una pequeña cajita de color azul, la veo por un momento con el ceño fruncido pero luego encuentro el parecido de la cajita con esas donde vienen los anillos de compromiso, abro los ojos como platos al darme cuenta que esa es la intención de Jacob y el solo se rie.

—¿Vas a pedirme matrimonio?— le pregunto con cautela aun viendo la cajita.

—No... bueno por ahora no— bromea abriendo la pequeña caja dejando ver un collar muy delgado —Pero es algo parecido, esta es la promesa de que siempre voy a estar contigo Alaia.

Jacob coloca el collar con mucho cuidado en mi manos, es un collar dorado con una pequeña luna acompañada de una una estrella es tan hermoso que no puedo dejar de verlo, mis ojos se nublan por las lágrimas y con mucha fuerza de voluntad logro levantar la vista para ver al chico de ojos azules y cabello azabache una sonrisa sonrisa ladeada se posa en su rostro y sus ojos me miran con el amor que nunca nadie podrá darme.

—Jacob no puedo recibirte esto— Le entrego el collar— Eso es lo que quiero hablar contigo, esto de nosotros ya no puede seguir.

Para cuando termino de hablar mi corazón se arruga como una bola de papel y la cara de sorpresa de Jacob tampoco ayuda.

—¿Es una broma?— pregunta con ambas cejas levantadas y yo niego haciendole entender que no estoy jugando— Alaia si es por lo de anoche yo te prometo que no me vuelvo a parecer sin avisarte.

La Sombra De Mi Corazón. [Completa]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora