Capítulo 43 - Final

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—Culpable.

Escucho a lo lejos el martillazo que dicta la sentencia junto a los muchos años que Aarón pasará en la cárcel y aún no me lo puedo creer, ahora soy verdaderamente libre.

Jacob se levanta de su asiento y me abraza, se nota que también le alegra la noticia, pero solo tengo ojos para ver como se llevan esposado al hombre que por muchos años me hizo sufrir y no puedo explicar todo el remolino de sentimientos que siento dentro.

—Soy libre Jacob— le susurro al chico y este besa mi frente.

—Lo eres bonita.

Nos marchamos todos a casa y Jacob junto a André han decidido celebrar con un asado, somos solo nosotros así que no será muy difícil, las gemelas ponen música y me obligan a bailar con ellas, a regañadientes lo hago y termino divirtiendome con mis hermanas mientras los chicos se ríen de nuestras locuras pero la llegada de alguien nos hace parar.

—¿Que haces aqui?— gruñe André —No eres bienvenida.

—Yo la invité— murmura cabizbaja Aitana sorprendiéndonos a todos.

—Solo quería despedirme.

—¿No dijiste que te quedarías viviendo aquí?— cuestiona Aitana y su desilusión hace que algo en mí se amargue.

—Dejala que se vaya, al fin y al cabo es lo que mejor sabe hacer...

—¡Ya basta!— grito y todos me miran sin entender —Deja de hablarle como si hubiera arruinado tu vida, es tu madre y vas a tratarla como tal —sentencio y el chico me mira horrorizado.

—No...

—Deja de vivir buscando un culpable André, ¿Que no ves que Aarón ya está en la cárcel? Solo dale una oportunidad que bien que te estas muriendo por hacerlo.

Camino hasta llegar a Nadia quién está junto a su esposo quién sostiene a Nathan. Le hago señas para que me siga y está lo hace hasta adentrarnos en la cocina.

—Gracias...— es la primera en hablar cuando nos detenemos pero yo la interrumpo.

—Quedate, no quiero que te vayas del pueblo.

—Ellos no quieren saber nada de mi luego de que les contaste todo. Ya no tengo nada que hacer aquí.

—Y por eso huiras como la cobarde que eres— señaló y esta baja la cabeza —Ellos merecían saber esa verdad, la cual es evidente tu no pensabas contarles.

—Las cosas no ocurrieron como tu piensas.

—Yo les expresé mi punto de vista. Dales tú el tuyo y que ellos decidan y entiendan, pero no te vayas— juego con mis manos temblorosas —Necesito que te quedes, ellos siempre han necesitado de ti y sé que siempre lo harán. No vuelvas a arruinar esta oportunidad.

—¿Eso quiere decir que me estás perdonando?—pregunta ilusionada, yo me río por lo bajo y niego con la cabeza.

—No, eso nunca va a suceder— confieso y sus gestos decaen —Solo voy a tolerar tu presencia y a llevarme bien contigo por el bien de mis hermanos y de Nathan que al fin de cuentas también es mi hermano porque tu sigues siendo mi madre.

Nadia se queda parada sin saber que más hacer y soy yo quién toma la iniciativa para acercarme y abrazarla, por unos segundos no lo corresponde supongo que es la impresión pero luego se recupera y termina haciéndolo.

Su aroma a flores es algo que recordaba de una niñez donde aún podía sonreír, siempre había soñado con el momento en que mi madre me abrazara y me dijera que me amaba, ahora que lo tengo me doy cuenta que lo sobre valore por mucho tiempo.

La Sombra De Mi Corazón. [Completa]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora