Capítulo 27

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La vida es un fiasco, un teatro donde uno no puede dirigir su propia obra... O bueno, en eso se basaba mi vida.

Alaia Scott.

Siempre llega un momento de tu vida donde sientes que todo se estanca, yo me di cuenta el día que sufrí una sobredosis que mi vida se habia convertido en un constante bucle que se repetía una y otra vez, a veces habían variaciones pero siempre seguía siendo el mismo.

Comenzaba mi día soportando las mierdas de Eydan, de vez en cuando trabajaba y terminaba la tarde con Eridick hasta que llegaba la hora de ir a casa dónde tenía que esperar a Aarón rogandole a algo inexistente por que le sucediera algo en el camino que acabara con mis desgracias pero la vida siempre se reía de mí descaradamente cada que el hombre cruzaba la puerta de mi habitación para hacer lo que quisiera conmigo y dejarme como si fuera nada en medio de una oscura habitación siempre odié sentir algo por Aarón pues estaba claro que el tipo no se merecía ni mi asco, así que terminaba desahogandome con mi novio narcisista y lo preferiría mil veces.

Mi vida sigue estancada en el mismo bucle repetitivo desde hace cuatro años y a veces simplemente quisiera que mi pequeño descuido hubiera acabado con mi vida, porque yo misma no soy lo suficientemente fuerte para hacerlo, porque odio en lo que se a convertido mi vida, odio en lo que otras personas la convirtieron, en el daño que yo misma me hago para poder sentir algo. Nadia me a quitado la posibilidad de sentirme protegida, Aarón a dañado todo mi ser y yo me lancé en un hueco sin fondo de una adicción de la que no puedo salir.

Quisiera hacer otra cosa más que lamentarme pero mi vida es algo que ya no me pertenece y no puedo hacer nada para cambiar ese hecho. Voy en automático por la vida como si mi cuerpo no me perteneciera, me considero una simple espectadora de mi propia vida mientras esta sigue un curso nada favorable.

Pero hoy estoy nerviosa, por primera vez en cuatro años me siento ansiosa de ir a la casa de los Davis, no me desagrada la madre de Eydan, incluso diría que siento pena por ella, debe de vivir un infierno teniendo un hijo y un esposo como los que tiene, El señor Davis al igual que su hijo es un ególatra y el peor de los narcisistas, un egoísta y... bueno en conclusión es una mala persona.

Dejo la motocicleta aparcada frente de la casa y bajo de esta al mismo tiempo que me quito el casco, entro a la casa y me encuentro con que no hay nadie y ya es algo que no me sorprende pues las gemelas siempre salen con sus amigos luego del instituto y Aarón siempre llega muy tarde, quizas hoy se vaya directo a casa de los Davis.

Lanzo mi casco al sofa y subo las escaleras para ir a mi habitación pero antes paso por la habitación de mis hermanas para verificar que éstas no se encuentran y a si es pues la alcoba está vacía, camino hasta llegar a la mía y entro encontrandome con un espacio oscuro a excepción por la luz que entra por la puerta del balcon que esta abierta, me acerco a esta para cerrarla un poco extrañada por la situación pues no recuerdo haberla dejado así cuando me fui pero decido no prestarle atención para  comenzar a desvestirme y prepararme para la cena de hoy.

—Creo que me esta comenzando a gustar el espectáculo que me das cada que estoy en tu habitación— una voz habla a mis espaldas logrando que grite del susto. La chica esta sentada detrás de la puerta con algunas carpetas sobre las piernas.

—Deja de hacer este tipo de mierdas Aitana vas a terminar por darme un infarto— hablo en un hilo de voz con la mano en mi pecho sintiendo mi corazon que late desesperado.

—Lo que tienes de bonita lo tienes de mal hablada— la puerta de mi baño se abre provocando que mi corazón sufra de otro mini infarto cuando Alana sale de este y la verdad es porque siempre tienen esta habilidad de asustarme.

La Sombra De Mi Corazón. [Completa]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora